viernes, 16 de agosto de 2013

Astrología, zodíaco y horóscopo

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Tratar de comprender cómo nació el zodiaco requiere impregnarse de la mentalidad del hombre de la antigüedad, que consideraba la naturaleza, el cielo y la tierra como un gran libro abierto, cuyos signos debía aprender a interpretar. El zodiaco es un círculo de 360 grados, compuesto de 12 sectores iguales de 30 grados cada uno denominado: Casas de los 12 signos astrológicos.
Los hombres de la antigüedad imaginaron un círculo ficticio de gran perfección colocado alrededor de la tierra o más bien dicho, de este planeta tierra, de esa representación imaginaron la colocación de los planetas, como podemos ver, nada es imposible en el ser humano, hoy todo lo vemos con naturalidad impresionante gracias a la tecnología, pero hace miles de años creo que nos cuesta trabajo imaginar todo lo que hicieron y dejarlo como legado a las generaciones presentes.
Con el trabajo de nuestros antepasados hoy comprendemos que cada signo del zodiaco, está situado dentro de uno de los doce sectores señalados conforme a un orden cronológico, establecido por el ritmo de las estaciones y por los ciclos del sol y de la luna, quienes observaron y midieron esos movimientos repetitivos y relativamente inmutables concluyeron con la creación del o los calendarios conocidos así como los relojes del mundo antiguo.
El zodiaco es una tabla de coordenadas y un instrumento de medidas de observación de los fenómenos celestes que entendemos como naturaleza del planeta, luego agruparon sectores de tres en tres hasta completar cuatro grupos que conocemos como las estaciones del año: Primavera, verano otoño e invierno, de ese modo elaboraron un mapa celeste como si fuera una fotografía actual.
El zodiaco entonces está formado por un círculo perfecto  de 360 grados que rodea a la tierra y nos ofrece una visión panorámica del cielo, esto significa que estudiaron el cielo visible y el que se encuentra en el hemisferio opuesto, hay quien dice que el astrólogo actúa como si tuviera un sexto sentido, se sabe inclusive que como un equipo, un astrólogo observaba el día y otro la noche y de esa manera relacionaban sus descubrimientos.
Por otro lado se puede asegurar que el zodiaco no existe ya que si levantamos la cabeza y miramos el cielo a cualquier hora del día o de la noche, no veremos zodiaco alguno, pero con la tecnología de este siglo observamos con mucha precisión el desplazamiento de los astros, que maravilloso entonces ha sido el legado de nuestros antepasados en esta materia con sus conocimientos “empíricos” pero bastante precisos de acuerdo con los descubrimientos contemporáneos.
Astrólogos y astrónomos enfrentan a menudo cierta controversia basados en la estructura misma del zodiaco por su posible falta de rigor científico, cierto es que los astrónomos evitan dar valor a los signos del zodiaco porque no están situados en un lugar preciso, de hecho nada es inmutable bajo la bóveda celeste, el punto de partida del zodiaco de la antigüedad ya no tiene correspondencia exacta con el día de hoy, existe diferencia de algunos grados, sin embargo, ello no debe conducirnos a replantear los fundamentos básicos del zodiaco ni el sistema astrológico creado por nuestros predecesores.
Son muchos los datos que los antiguos observadores nos han entregado como herencia de trabajo, por lo que resulta conveniente adoptarlo como herramienta útil de observación sobre el desplazamiento de los astros y averiguar su ubicación en un momento dado y a pesar de las inseguridades, motivo de las controversias entre astrólogos y astrónomos existen muchos datos, muchos fenómenos que los astrólogos han descubierto y aunque la astrología dicen que no admite el método científico, me propongo a partir de este reportaje enumerar y analizar una serie de fenómenos astrológicos que mi sentido común impide ignorarlos.
En los próximos reportajes, espero me siga ya que examinaremos juntos, las influencias  significativas en el carácter y la manera de conducirse en la vida de los personajes famosos y no tanto, que sirvan como punto de referencia a la hora de socializar en todas las actividades de nuestra vida cotidiana.
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martes, 13 de agosto de 2013

Comprar vender o negociar

Negociar o simplemente vender algo siempre antepondrá el mismo objetivo, lograr que alguien compre lo que pretendemos “vender”, es por eso que hoy me propongo vender algo, hoy quiero vender el futuro de los niños, ese futuro, del que dependerán sus acciones, ese mundo que les va a tocar vivir, por eso le pregunto a usted: ¿Le gustaría regresar a su niñez?
Comprar, vender o negociar son tres cosas que los niños pueden enseñar al adulto de manera simple, de manera sencilla, permanecer contentos sin motivo aparente, a estar siempre ocupados en algo y dispuestos a exigir algo con toda la fuerza que cada situación exija, además de practicar la tolerancia de manera libre por medio de las buenas costumbres.
Algo que el niño pareciera aprender de manera automática es a preguntar todo, a cuestionar todo, a dudar de todo ya que siempre compra, vende o negocia una idea pues se sabe libre, hace lo que piensa que debe hacer, come cuando tiene hambre, juega cuando encuentra lo que en su imaginación puede ser un auto, un avión o un súper hombre que todo lo resuelve de manera conveniente, sabe que mamá permanece a la expectativa de su sueño o deseo.
El medio conveniente que forma buenos niños es resultante de la manera en que logramos hacerlos felices en este momento, las leyes naturales o divinas, como usted lo entienda dicen que los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza en el futuro, tal vez deba decirlo de otra manera, ellos diseñarán bien las cosas que nosotros hicimos mal.
Alguien dijo: “Si Dios te premia regalándote un hijo, trata de que hasta los 10 años te tema, hasta los veinte te respete y que te quiera hasta que mueras, pues, cuando quieras creer en alguien, lo mejor es creer en ti, realizando todo aquello que realmente deseas, es importante comprender que el triunfo en la vida no es llegar a tener fama, es lograr ser feliz realizando lo que en verdad  anhelas.
Comprar, vender o negociar pareciera el objetivo de la vida, en todo momento compramos o vendemos algo, una idea, un concepto y hasta lo que sirve y lo que no, esa es la negociación es posible que lo que tengo ya no tenga utilidad en mis proyectos, pero pueden servir a otros amigos o conocidos, lo importante es negociar.
Hoy recuerdo que dos de mis hijos varones eran tan distintos en su niñez que en su momento no comprendía lo acontecido, uno de ellos era bastante derrochador, cuánto dinero le llegaba, el mismo que gastaba de inmediato y el otro guardaba la mayor parte, de manera que siempre estaba dispuesto a negociar con su hermano algunas monedas, claro, mediante “el interés” respectivo, hoy en día ya es todo un hombre exitoso económicamente y aunque el otro también es exitoso la diferencia es que uno tiene su propio negocio y el otro un excelente empleo.
Como desde jóvenes fueron muy independientes creo que no hubo tiempo de contaminarlos con ideas fanáticas o inductivas que desvirtuaran su personalidad, consideré que ellos debían encontrar su camino con entera libertad sin influencia de ninguna especie y parece que no estuve equivocado, tal vez negociamos adecuadamente su vida futura o les vendí una manera de pensar adecuada, o compraron una forma de vida con la materia prima de su mamá.
Supongo que una práctica adecuada es dejar que los niños muestren su inteligencia con rectitud, valor y prudencia, de esa forma nos pueden sorprender con su espíritu de filantropía que tanta falta hace en la sociedad actual, sugiero entonces que cuidemos con nuestras acciones grabar en la mente de todo niño, elementos contaminantes que impidan negociaciones positivas que empañen la vida feliz a que tienen derecho por mandato divino.
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lunes, 5 de agosto de 2013

Ajedrez sin reglas

La federación internacional de ajedrez resulta ser el organismo encargado de promulgar reglas amplias y estrictas que se aplican en cualquier torneo importante.
Reglas como el movimiento de cada pieza, “pieza tocada, pieza jugada”, movimiento ilegal y tantas y tantas reglas que todo jugador de ajedrez habrá de mantener en la mente con el objetivo de resultar triunfador.
Pero existe un ajedrez sin reglamento que es practicado de manera consuetudinaria por miles de personajes maravillosos como lo son todos los niños del mundo, menores de tres años de edad que juegan ajedrez con gran sencillez y sin problemas de reglamentos, son los adultos los que marcan la diferencia entre los cuadros blancos y negros afirmando que los blancos representan el bien y los negros el mal.
Los niños entonces se encuentran por encima del bien y del mal porque les importa muy poco caminar sobre los negros o los blancos, ellos simplemente caminan sin perjuicio alguno y creo que los adultos debíamos hacer lo mismo, de nada sirve cargar con piedras tan pesadas que indican que habremos de caminar solo por los cuadros blancos, como si eso nos absolviera de todo lo malo que existe en nuestras vidas y tener que soportar el sufrimiento de nuestros “pecados” cuando accidentalmente tocáramos un cuadro negro.
Que maravilloso sería regresar a los tres años de edad cuando ningún bagaje extraño cuestiona o interfiere en nuestra vida de libertad, resulta por tanto muy difícil comprender la causa por la cual a medida que avanzamos en edad nuestros padres se encargan de colocar todo tipo de “piedras” en nuestro “mazacote” que al paso de los años, lo único que logran es hacernos dependientes de cuanto fanatismo descubren o recuerdan por medio de las enseñanzas paternas.
Después de los tres años, descubrimos que nos están haciendo partícipes de algo que poseemos  definido como inteligencia, las cosas se complican más todavía, nos entregan como cera blanda a los artesanos de ideologías con la finalidad de que sean ellos quienes nos conduzcan a terrenos por demás escabrosos bajo la premisa de nuestros “pecados” cuando ni siquiera comprendemos el concepto “pecado” y nos colocan etiquetas de tantas culpas como si se tratara de compartir el peso de dichas culpas que tampoco entendemos, gente que se aprovecha de nuestra ignorancia.
Cuentan por allí que una vez un rey quería saber cómo era ese juego del ajedrez y que alguien con gran astucia puso como condición el enseñarle el juego mediante algunos kilos de trigo y el rey accedió gustoso, solo preguntó cuantos kilos pedía, a lo que el”inteligente” en cuestión dijo que  pediría un kilo por el primer cuadro blanco y dos en el segundo que sería negro y así sucesivamente, al tercer cuadro le corresponderían tres, hasta completar los sesenta y cuatro cuadros equivalentes al tablero completo, es decir: 32 negros y 32 blancos y de inmediato el rey accedió sin analizar el compromiso.
Una vez terminada la enseñanza del ajedrez el rey hizo traer los sesenta y cuatro kilos de trigo, a lo que el “maestro” replicó: “Su majestad, el trato fue que la primera casilla valía un kilo y la segunda tres kilos porque al ser la casilla dos, le correspondían dos kilos más el kilo de la primera sumaban tres kilos y así sucesivamente a la tercera casilla le correspondían tres kilos más los tres anteriores sumaban ahora seis kilos.
El rey montó en cólera pero sus ministros le recordaron que él había aceptado el trato sin poner ninguna condición y como rey no podía faltar a su palabra, entonces el rey solo preguntó cuál debía ser la cantidad a entregar a lo que el “maestro” le dijo: “Mi Señor” solo son dos millones veinticinco mil kilos lo que usted me debe pagar.
Sin poder ignorar el compromiso, el rey ordenó se pagara lo convenido, en dicho trato el rey se condujo como un niño de tres años que nunca imaginó la “trampa” que le tendió el ambicioso que conocía a la perfección la manera de sacar provecho con sus conocimientos matemáticos aplicados a un rey ignorante, que imaginaba que los cuadros blancos y negros eran lo mismo y caminaba por ese tablero sin malicia alguna.
Es posible que a partir de este incidente el rey pudiera reflexionar sobre lo que significa ser un niño que solo está preocupado por saber que es de día o es de noche, que hace calor o frío y tantas preguntas que nos hacemos a esa edad, nada importa si los cuadros negros son la maldad y los otros la bondad, nada sabemos sobre reglamentos, simplemente dudamos de todo cuanto nos rodea, y entendemos que ya llegará el momento de enfrentar lo que los adultos nos tienen preparado.

Lo deseable sería encontrar de manera rápida y eficiente una fórmula que permita defendernos de los ambiciosos, los hipócritas pero sobre todo de los ignorantes que solo piensan como inculcarnos fanatismos de todos los sabores y colores, quizás el camino sea la comprensión de nuestras facultades intelectuales en su momento y aprender a respetar las reglas honestas que las personas de bien nos dictan en la vida.

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miércoles, 17 de julio de 2013

Candor más fuerza y belleza

mejores padres, mejores hijos
Tres palabras fundamentales con la que se ha tratado de sintetizar la forma de ser de un niño o la forma de manifestar su alegría en la vida, fuerza, belleza y candor, tal vez este sea el mejor orden que nos permite describir la estructura interna y externa de un bebe desde que nace, dicho de otra manera, afirmo que no existe bebes feos, todos son hermosos.
La fortaleza de un bebe no se mide por su fuerza física, se mide por la fortaleza que adquieren la madre y el padre, sus progenitores, pues sin la llegada de ese bebe, nada hubiera sucedido, ahora padre y madre son más fuertes, ahora se encuentran dispuestos a enfrentar los obstáculos que antes parecían infranqueables, ahora el panorama futuro se presenta como un arcoíris de brillante colorido, ahora se abre la puerta majestuosa de la vida.
La belleza adquiere otra dimensión, desconocida hasta el día en que aparece un nuevo ser, el concepto belleza se mide por los colores azul o rosa, designados en la etiqueta de niño o niña, hombre o mujer, pues la arquitectura anatómica muestra con lujo de detalles la diferencia entre uno y otro género, en este momento la imaginación de los recuerdos me impide encontrar diferencias fáciles de describir pues cada uno de mis hijos dejó escrita de manera indeleble esa diferencia que simplemente encuentro maravillosa.
El candor solo se puede apreciar en la actitud de cada momento durante el paso de los días, ninguno es igual, solo se parecen, como si cada uno fuera distinto, como si cada día alguien dibujara una nueva actitud, una nueva señal, una nueva palabra que sin ser palabra interpretamos como tal y que al acumular sonidos y actitudes, sin percibirlo ejercemos una comunicación nunca antes experimentada, creo que a eso se refiere el candor.
Los conceptos: fuerza belleza y candor se utilizan en algunos grupos del orden filosófico, con lo que se pretende describir a quienes se inician en disciplinas diversas que dedican su tiempo a la búsqueda de la verdad o simplemente a la búsqueda del ser interno, de tal suerte que pareciera el umbral hacia una nueva vida o distinta simplemente, me parece que la intención de buscar la respuesta a la gran pregunta: Ser o no ser, justifica plenamente el trabajo de vida.
Personalmente describo las palabras fuerza, belleza y candor, como el resorte necesario y fundamental que ayuda en la intención de hacer bien las cosas, la fuerza me permite resistir los golpes intempestivos que la naturaleza tiene preparados desde siempre con figura de obstáculos insuperables, fuerza que descubre la ayuda necesaria en cada caso, como si se tratara de un refugio seguro cuando el viento sopla al parecer sin control, esa fuerza se convierte en herramienta única y justa que permite resolver el conflicto.
La belleza la interpreto como la actitud que asumimos ante los conflictos ya que si los enfrentamos  con belleza de carácter, con belleza de actitud, con belleza de decisión, no existirá obstáculo alguno que se resista a sucumbir con su propia debilidad, cierto es que ante una situación caótica, debemos crear otra del mismo material con el fin de derruirla con inteligencia y valor.

El candor es quizás el recurso más enigmático que la naturaleza nos ha entregado, el candor tiene que ver con la manera de enfrentar las cosas y la muestra palpable surge en el niño desde el momento que nace, pues él no ha sido enajenado con vicios, pasiones o fanatismos, ha llegado puro limpio y sin mancha, así es como lo recibimos, que importante sería que así lo conserváramos por el resto de su existencia.
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jueves, 11 de julio de 2013

Dolor que no es dolor

mejores padres, mejores hijos
Nacer es sencillamente el más maravilloso de los fenómenos de la naturaleza, antes no era nada y hoy descubro que soy alguien, maquina viviente o simplemente un aparato que es capaz de sentir, hacer, transformar y hasta destruir, fraternalmente le invito a imaginar el momento sublime que significa llegar a este mundo sin más equipaje que el pensamiento y la curiosidad.
Me agrada utilizar la palabra fraternidad como punto de apoyo en la solución de cuanto problema se presenta en el andar en este mundo conocido como vida, cuando de alguna manera me expulsaron de ese mundo maravilloso que es el vientre materno, donde nada me hacía falta, nunca sentí hambre o sueño, ni frío ni calor, ni ruido ni silencio, pero tampoco abría los ojos, no era necesario, pero, un día me dijeron que el tiempo había llegado, debía desocupar el recinto que me prestaron durante nueve meses, tiempo más tiempo menos.
Me convenzo que debo salir inmediatamente, comprendo que mi estado de confort ha terminado, desconozco lo que sigue, supongo que estoy listo a enfrentar las batallas que el destino me tiene preparadas, debo conocer a muchas personas como yo, de momento todo me resulta extraño, siento algo que molesta, parece un dolor que no es dolor, sensación molesta, trato de manifestar mi necesidad y no sé cómo hacerlo, hasta que logro emitir ruidos un tanto desagradables y de inmediato solucionan mi problema, colocan frente a mi algo que entiendo resolverá la situación y lo que me parecía dolor disminuye casi de inmediato.
Aprendí entonces que cada vez que perciba ese dolor que no es dolor, simplemente emitiré los ruidos estridentes y me obsequiarán lo necesario que permitirá nuevamente un estado de confort,
pero después de un tiempo razonable surge un problema distinto, algo ocurre en el otro extremo que produce cierto efecto poco agradable alterando ese estado confortable que también es resuelto con maestría, instantes después se renueva el dolor que no es dolor y la historia se repite.
No recuerdo que fue lo primero que percibí, creo que mis manos sintieron algo de inmediato, luego, escuché ruidos y sonidos totalmente desconocidos y cuando sentí el dolor que no es dolor percibí un sabor agradable y pronto un olor desagradable, como si esas percepciones formaran parte de un todo, es decir, percepciones concatenadas que culminaron cuando pude ver una serie de imágenes, todas ellas maravillosas y desde luego desconocidas, pero aquí estaba yo, disfrutando de esto que llaman vida y que mucho tiempo estuve deseando conocer y hoy es una realidad.
Cuando inicié el relato anterior imaginé comparativamente el día que adquirí la máquina en la que estoy escribiendo, cuando la conecté a la corriente, mostró una especie de vida con sus hardware: el teclado, la pantalla, el mouse, el sonido y toda la gama operativa, con tanto parecido a la llegada de un nuevo ser que viene con su sistema operativo y los hardware: tacto, oído, gusto, olfato y vista, desde luego que me disculpo al hacer este comparativo tan “burdo” pero es la manera sencilla de describir la llegada de una nueva vida, lo que me indica que nada nuevo existe fuera de lo que es el ser humano, la criatura más hermosa de la creación y que nada justifica su destrucción por cualquiera de los métodos conocidos.
Nacer, crecer, aprender, vivir, disfrutar, reír y hasta llorar, todo en esta vida es satisfactorio si se aprecia como regalo divino, dicho regalo se disfruta mejor cuando se practica la fraternidad3-9.

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miércoles, 26 de junio de 2013

Recinto de reflexiones

mejores padres, mejores hijos
Cualquier lugar puede ser un recinto de reflexión, ya sea en retrospectiva o de imaginación a futuro, la condición es vivir una especie de aislamiento y me permito sugerir una forma un tanto singular, tal vez imaginar que estamos en el vientre materno donde nada nos hace falta con la particularidad de que en realidad no sabemos porque estamos en ese lugar ni como es que lo elegimos, le invito a seguir leyendo.
No sabemos que es lo que determina que un ser pueda estar en un lugar como el vientre materno y porque, sin embargo, ese principio de vida parece ser lo más hermoso de todo cuanto podamos imaginar, todo es nuevo, todo es distinto a lo conocido, en realidad creo que no sabemos que es lo que nos depara el destino, ni siquiera sabemos si es de día o es de noche porque tampoco podemos abrir los ojos y no importa, pues tenemos todo lo necesario, no hay frío ni calor, no hay luz pero tampoco sombras, no se percibe hambre pues el alimento llega sin que sepamos de donde procede, nadie nos dice que es hora de dormir o despertar, ¿será acaso el famoso jardín del Edén que describen los libros religiosos?
Existen doctrinas en determinadas disciplinas que de esto hablan abundantemente, pareciera que al tratar de encontrar una explicación a esta vivencia simplemente nos enfrentamos al punto filosófico que trata de explicar el fenómeno vida muerte o muerte vida, como quiera que sea el orden de los factores, en ese momento nos encontramos en la vida o nos encontramos en la muerte, pudiera ser que simplemente nos encontramos en un punto intermedio donde simplemente estamos en proceso de gestación, pero en realidad nada de eso comprendemos, simplemente existimos, como parte de un proyecto divino.
Hay quienes aseguran que antes de esta vivencia hemos conocido la experiencia de “muerte” y que dicha experiencia ha quedado grabada en algún sitio y se ha conservado intacta porque es necesaria en el camino a recorrer en el futuro cercano con la salvedad de que la siguiente experiencia se denominará “vida” y nada de lo que hasta ahora sabemos persistirá, como medida de seguridad o de protección en la experiencia por venir.
El proceso que definimos como gestación tiene una duración promedio de nueve meses y de alguna manera se nos informa que ya debemos continuar nuestro camino pero con recursos propios, además imaginar que durante ese proceso de “gestación” nos entregan una serie de herramientas suficientes que nos permitirán caminar con seguridad en esa nueva aventura con todas nuestras imperfecciones, y hasta nos “prestan” un conductor que nos dice por donde caminar y que hacer a cada paso que damos, en realidad siempre aparece alguien que nos guía con maestría que impide una autodestrucción.
A partir que nos encontramos en el vientre materno pareciera que alguien está vigilante del buen funcionamiento de todo lo que concierne a nuestra vida y aunque indefensos, poco a poco vamos aprendiendo todo aquello necesario que nos permita desarrollar el mandato que habremos de cumplir ordenado por un jefe superior, de esto se desprende la necesidad de creer en un creador o un arquitecto de lo que conoceremos como universo.
Durante el proceso también somos participes del los momentos dulces y amargos que experimenta nuestra progenitora en la etapa de gestación y a veces hasta parece convertirse en veneno el agua cristalina que nos envía cuando sus disgustos rebasan los límites de la prudencia, como si desde ese momento nos estuvieran anunciando que la vida no va a ser sencilla, pero gracias a su experiencia, siempre salimos bien librados y listos a resolver problemas.
Cuando parece que los tiempos se han cumplido y llega la hora de iniciar la nueva aventura, pero ahora con la dificultad de que ya nada nos va a ser proporcionado de manera automática, sino que entrarán en función esas herramientas de que hablamos en párrafos anteriores y bajo nuestra absoluta responsabilidad, enfrentaremos el efecto complejo que implica el “nacimiento” a la vida, acto que resulta muy desconocido porque ahora debemos resolver con métodos propios cada problema, de manera que ahora nos colocamos en el umbral del ingreso a la vida, me siento ubicado entre las columnas que sostienen la puerta que se abrirá al momento del ingreso a la vida.



viernes, 21 de junio de 2013

Rápidos

mejores padres, mejores hijos
Rápido es el deporte que se practica en ríos belicosos, consiste en recorrer la dirección de la corriente, los ríos que se navegan presentan dificultad al recorrerlos, llamados ríos de aguas blancas, debido a que este color es característico de la espuma que genera la turbulencia en los cuerpos de agua, otra denominación común para este tipo de ríos es simplemente "rápidos".
Las embarcaciones más comunes que se utilizan son la balsa y canoa, que pueden ser rígidas o inflables, esta actividad se conoce también por la palabra “rafting”, en el descenso de ríos existe una clasificación internacional ampliamente aceptada para clasificar los ríos según su grado de dificultad al navegarlos, “aguas planas” “clase 1 y clase 2 que resultan sencillos de recorrer o sea que el grado de dificultad es mínimo.
La clase 3, considerada de nivel intermedio son aguas turbulentas con huecos y olas medianas aproximadamente de un metro, con remolinos que ponen en peligro a los nadadores y a determinadas embarcaciones, por lo que requiere técnica y conocimiento del río porque el siguiente nivel, es decir, el río clase 4 que contiene aguas blancas muy turbulentas pero de alguna manera predecibles, ahora los huecos y las olas pueden medir hasta dos metros con remolinos fuertes y peligrosos, tal vez algunas cascadas, así que la exigencia de conocimiento y habilidad es mayor porque existen pasos estrechos que exigen maniobras complicadas.
La clase 5 es de aguas blancas muy turbulentas y poco predecibles, ahora los huecos y las olas superan los dos metros con remolinos y cascadas de alto riesgo, va a ser necesario que quienes intenten una aventura en este tipo de río, sean expertos con un alto conocimiento del río que pretenden conquistar, porque las maniobras serán de riesgo extremo, de ninguna manera es recomendable que acudan principiantes a este tipo de reto. La clase 6 simplemente no es navegable, se considera muy difícil o simplemente imposible de conquistar.
Muy importante es comprender que no todo río rápido tiene una misma clase en toda su extensión, generalmente muestra una sucesión de tramos donde aparecerán tal vez todas las clases y algunas de ellas dos y hasta tres veces en el recorrido, lo mejor es tomar como punto de referencia la clase de mayor dificultad hasta la mínima, lo cual permite trazar un proyecto de recorrido con cierta seguridad.
Este deporte requiere un estricto dominio del equipo, el adecuado uso de los dispositivos, conocimiento de las metodologías básicas de impulsado y rescate, es indispensable aún cuando se va con un guía experto en descenso de ríos, desde luego que es fundamental realizar esta actividad con el equipo adecuado como es el casco que protege la cabeza con seguridad, chaleco salvavidas, calzado apropiado, traje de neopreno, casco extensible de emergencia y cuchillo especial.
El guía, que también se le denomina timonel, debe ser muy experimentado y con sólidos conocimientos de los rápidos del río de acuerdo a la clase que pertenece, el equipo humano debe prever cuerdas de rescate, bolsas secas, alimentos, agua potable, bomba de aire botiquín de primeros auxilios, silbato de ordenes y lo que cada expedición reclame de acuerdo al grado de dificultad.
Todo guía de una embarcación para descenso de ríos domina los siguientes aspectos técnicos:
El manejo de todo el equipo especial en este deporte extremo.
Saber “leer el río”, interpretar adecuadamente sus turbulencias, remolinos y muchas disciplinas más, necesarias en este bello deporte.
Conocer y dominar las señales básicas de comunicación, de rescate tanto de personas como de embarcaciones, estar listo, siempre listo a decidir aunque sufra alguna tragedia y hacer que el paseo en un rápido se grabe indeleblemente en cada una de las personas que asisten a este tipo de aventura.