jueves, 19 de mayo de 2016

Campañas Políticas

mejores padres, mejores hijos
Las campañas políticas
Por: Julio Torres
El poder compartido en la manera de hacer campañas políticas está fuera de todo sustento ya que no son los gobernadores los que pueden hacer o mejorar las cosas, ellos solo son ejecutivos, quienes no hacen “ruido” son los integrantes del parlamento porque de ellos nace todo lo que afecta al ciudadano, para bien o para mal, ellos son los verdaderos causantes de los problemas de los ciudadanos, sus leyes no están diseñadas pensando en el ciudadano que es quien mantiene al estado.
La ignorancia general auspiciada por el propio estado, es la verdadera culpable de que las cosas no funcionen como lo deseamos, infinidad de leyes han sido aceptadas de manera dictatorial por los congresos y otras que a simple vista serían benéficas para el pueblo nunca resultan aplicables, basta enumerar los casos donde “el debido proceso” ha dejado sin posibilidad de defenderse a las víctimas que no han sido pocas, dejando el libertad a los delincuentes.
El común denominador ha circulado en contra de los ciudadanos,
los ejemplos son muchos, pero no se trata de enumerarlos en este espacio, lo que quiero, es señalar a los verdaderos culpables, porque dentro de pocos días habremos de elegir a nuevos mandatarios, a nuevos “ejecutivos”, pero a ningún candidato he escuchado marcar, que tratará de obligar de alguna manera a los congresos a generar leyes en favor de los ciudadanos, de no hacerlo, nada podrán hacer cuando tomen el cargo que por apatía conquistarán, “la clase política ha perdido toda credibilidad”, el día que sus campañas hablen de ejercer el derecho de “veto”, ese día las cosas comenzarán a cambiar.

Espero con singular alegría que las nuevas generaciones de mexicanos, logren lo que nosotros no hemos podido resolver en los últimos 100 años, que el parlamento trabaje en “favor real” para nosotros, los ciudadanos.

martes, 23 de febrero de 2016

El mismo barco

El mismo barco
“Todos estamos en el mismo barco, todos tenemos que luchar para que el trabajo sea una instancia de humanización y futuro, un espacio para construir sociedad y ciudadanía”.
He querido agrupar algunas frases que el papa Francisco dejó en su visita a México, pareciera que estaba hablando un mexicano como cualquiera de nosotros que no se atreve a decir las cosas con la claridad necesaria por temor o por cualquier otra causa.

“¿Qué quiere dejar México a sus hijos, una memoria de explotación, de salarios insuficientes, de acoso laboral o de tráfico de trabajo-esclavo, o quiere dejarles la cultura de la memoria del trabajo digno, de techo decoroso? ¿Qué atmósfera van a respirar, un aire viciado por la corrupción, la violencia, la inseguridad y desconfianza o, por el contrario, un aire capaz de generar alternativas, renovación o cambio?”.
Lo anterior es como una fotografía de la realidad nacional, donde los privilegios son de unos cuantos y la “carga” impositiva es de los muchos y que los pocos vivan en la opulencia sin darse cuenta que existimos y que ya no podemos resistir tanta injusticia en todos los terrenos sociales.
“La falta de oportunidades de estudio y trabajo sostenible y redituable que les permita proyectarse genera en tantos casos situaciones de pobreza y marginación y esto es el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia. Es el lujo que hoy no nos podemos dar. No se puede dejar solo y abandonado el presente y futuro de México”. “La mentalidad reinante pone el flujo de las personas al servicio del flujo de capital, provocando en muchos casos la explotación de los empleados como si fueran objetos para usar, tirar y descartar”
Considero que es muy importante que la clase gobernante comprenda que la única manera de generar riqueza es por medio del trabajo y no de la empleo-manía del estado, es momento quizás de que se comprenda al ciudadano que lo único que pide es libertad de trabajo, que se le permita trabajar en lo que sabe hacer pero sin tantas medidas “regulativas” que solo entorpecen la generación de riqueza tan indispensable.
“Las cárceles son un síntoma de cómo estamos en la sociedad, en muchos casos de silencios, de omisiones que han provocado una cultura del descarte, de una cultura que ha dejado de apostar por la vida, de una sociedad que poco a poco ha ido abandonando a sus hijos”.
“A veces, pareciera que las cárceles se proponen incapacitar a la persona, invitando a seguir cometiendo delitos, más que a promover los procesos de re-inserción que permitan atender los problemas sociales, psicólogos y familiares que llevaron a una persona a una determinada actitud”.
“No te preguntes por qué estás aquí, sino para qué, y que esto nos lleve adelante, nos haga ir saltando las vallas de ese engaño social que cree que la seguridad y el orden solamente se logra encarcelando”.
Yo también los invito a soñar el México que nuestros hijos se merecen, un México donde no haya personas de primera, segunda o cuarta, sino el México que sabe reconocer en el otro la dignidad, en realidad, todos estamos en el mismo barco, todos tenemos que luchar para que el trabajo sea una instancia de humanización y futuro, un espacio para construir, recordemos que cuando se nos permitió una cierta libertad de trabajo sin tanta complejidad regulativo y tributaria, la economía familiar funcionaba mejor, una frase muy antigua dice: que el mejor gobierno es el que menos se nota que gobierna.

lunes, 18 de enero de 2016

Cuento para ti.

mejores padres, mejores hijos
Por: Enrique Roberto Hernández Oñate


En aquel remoto lugar, cerca de una montaña que la nieve cubría en su punta, dirigí mis energías a pensar en la calidez y fuerza de tus brazos. Y no es que tus brazos me llenaran de satisfacción, para nada. Tus brazos llenaban, saciaban y cundían de flores la punta de la montaña que, nevada aún, vertía su calidez encumbrada en los tristes ojos del que la miraba.




¡Qué invierno aquel!; los arboles lucían en la punta de sus hojas pequeños cristales blanquecinos que derramaban una tenue y tímida gota de agua: a veces no se piensa quizá que el invierno no es tan gélido como el verano secando esas bellas manifestaciones acuosas. Ese fulgor solo el hielo y la nieve te lo prestan en diciembre. 





Probablemente esos cándidos puntos de agua sean estrellas que descienden para morir y regalarnos su último fulgor. En un suspiro se va: de hielo a nieve, de nieve a agua, de agua… de agua a nada. A su caída, estrella fugaz en el firmamento y en mi lágrima… un deseo. 

Cuando desperté del trance y dándome cuenta que el sol atacaba mis ojos, me ubiqué en mi realidad. Deje de soñar en esa montaña, en esa nieve, solo había gente caminando a mi alrededor. Mi mirada perdida hacia el horizonte, viendo como las nubes cambian de forma, de repente un circulo y al parpadeo…tu cara. 

Tu cara, tus brazos, te sigo recordando en esta realidad y me doy cuenta que, siendo tú lo que pienso, eres montaña, eres nieve y eres nube.

martes, 22 de septiembre de 2015

Habitación del alma

Habitación del alma

Conforme a los libros de anatomía, sabemos dónde se encuentra cada uno de los órganos de nuestro cuerpo, inclusive su función, pero la curiosidad me conduce a tratar de imaginar en qué lugar del cuerpo se encuentra mi alma y como funciona, trataré entonces de buscar la respuesta que me ayude a despejar la incógnita.
La fisiología indica con gran exactitud la forma de trabajar de cada órgano y su importancia a lo largo de nuestra vida, por otro lado comprendemos que nuestro cuerpo contiene una gran cantidad de células agrupadas mediante un orden perfectamente definido y cada parte desarrolla un trabajo con una exactitud predominantemente justa y perfecta.
Por lo tanto, nuestro cuerpo se puede definir como la máquina más perfecta de la creación divina, y acentúo el concepto “creación divina” porque hasta ahora y tal vez nunca podamos fabricar una réplica tan perfecta como lo hace la naturaleza, o
Dios, como usted lo comprenda.
El hecho es que durante nueve meses nuestra madre pareciera que esculpe la hechura que ha de mantenerse en correcto funcionamiento por un número determinado de años, entendiendo entonces que somos parte de la materia que se encuentra en el universo, es por eso que le califico de creación divina.
Una vez cumplidos todos los requisitos, llega el momento de ser expulsado del vientre materno,
sabemos que todo ese tiempo de fabricación es mamá quien por medio de sus recursos corporales ha dado razón a ese milagro de la vida, pero ahora se presenta “el paso temerario”, salir y enfrentarse a la vida de manera autónoma, la ayuda materna se centrará en el cuidado solamente de la escultura viviente.
Es entonces, que “al llegar a este mundo” se le entrega a
ese nuevo ser humano el bagaje que lo acompañará durante el tiempo que se requiera y manifestar sus ideas, emociones, alegría y tristezas, triunfos y fracasos y estudio que le sea preparado como compromiso de vida y experiencia en la evolución que se le haya asignado.
Cumplir con todos los “encargos” no es cosa fácil, es por ello que se le entrega la herramienta adecuada que le
permitirá cumplir con los compromisos y esa herramienta no es otra cosa que su “alma personalidad” y la recibe en el primer instante, como lo declaran los todos los escritos que de esto hablan, que recibe dicha herramienta al tomar su primera dosis de aire, así se declara: “Y Dios creó al hombre con barro de la
tierra y le sopló en la nariz el aliento de vida y él vivió”.
En ese instante, ya no necesita el aliento de vida materno, ya es autónomo, ya es capaz de mover todo su cuerpo con las limitables primarias, pero ya habrá de “conseguir el pan con el sudor de su frente”, mediante el llanto tal vez y eso, gracias a que sus células cuentan con la “fuerza vital de vida”.

Cada una vibrando en perfecta armonía, en perfecto equilibrio, como todo lo que emana de la naturaleza divina, de tal suerte que no es difícil imaginar que la “casa” de nuestra alma se encuentre en el núcleo de cada célula, y cuando llega el momento final, se realiza la separación inevitable, la materia habrá de transformarse y el alma regresa al punto de origen, como lo ordena la naturaleza o Dios, como usted lo comprenda.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Libre y soberano

filosofía,arte,ciencia,cultura
Libre y soberano
Las palabras “Libre y soberano” juntas nos invitan a la reflexión más importante de todo ser humano, la soberanía se define como el poder de dictar leyes y hacerlas efectivas, no puede encontrarse fuera del ser humano, porque es un derecho natural y hasta podríamos calificar como un derecho divino y como
todo derecho deriva de las facultades inherentes a la naturaleza humana, la soberanía es su prioridad.
Sucede con la soberanía lo que con la verdad que no es patrimonio de uno u otro, la verdad pertenece a todos los seres humanos y adquiere gran valor cuando un grupo, pequeño o de grandes dimensiones
constituyen una unión social que puede impedir el que alguien “se otorgue” la propiedad de la soberanía, cada hombre o mujer posee un derecho igual a concurrir al ejercicio de esa soberanía, porque es parte de la asociación en que radica.
Ninguna reunión parcial ni individuo alguno puede ejercer la soberanía sin delegación voluntaria de los asociados para que los represente no solo ante las autoridades sino
a la sociedad misma, los miembros de una asociación son los que eligen, deponen, hacen y deshacen, los elegidos para representarlos son quienes trabajarán en el bien comunitario por medio de las reglas escritas y el sentido común de la sociedad y evitar todo perjuicio sobre todo a quienes al momento no pueden ejercer su derecho por falta de edad o cualquier incapacidad.
No debemos olvidar que el pueblo es el que elige, por lo tanto, suyo es el poder legislativo y suyo es el poder de dictar leyes favorables a la asociación humana y aplicar esas leyes corresponde a un monarca o a un presidente, según el país de que se trate, o sea “el poder ejecutivo.
Definimos como asociación humana a un enorme taller
de producción establecido con la esperanza de conseguir el bien común de acuerdo a sus habilidades, en otras palabras esa asociación humana es la que genera la riqueza.
Es por eso que la tarea de gobierno debe centrarse en proporcionar los medios adecuados a los ciudadanos y que éste pueda generar dicha riqueza de la manera más sencilla, con aranceles en maquinaria e
insumos al menor precio posible y con la simplicidad fiscal necesaria que permita una alta producción que sea capaz de proporcionar a los generadores de riqueza todo lo necesario para la vida, el estudio, la recreación, alimentación y bienes y servicios amplios y suficientes como colaboradores del bienestar común.

Es por eso que todo aparato de gobierno debe
limitarse a no tener que dejar al que le suceda, el trabajo de corregir sus desaciertos, y no ser perjudicial a la nación, tiene que defender al débil contra el fuerte, a velar por la salud pública en todas las formas y necesidades, proteger lo presente sin comprometer lo futuro y no empeñarse en administrarlo todo, el mejor gobierno es el que no se ve gobernar, porque ha gobernado a un pueblo “libre y soberano”. 

martes, 19 de mayo de 2015

Si yo fuera diputado

Si yo fuera diputado
Por: Julio Torres:
Si yo fuera diputado, reconocería primero que quien genera la riqueza de un país no es el congreso, no es el gobierno; es el pueblo que trabaja, que produce, que intercambia, que descubre, que inventa, que resuelve, que pelea contra el tiempo y sus imponderables, que escala los peldaños del progreso con la dificultad que ello genera; es el pueblo que sabe del triunfo y el fracaso en todo lo que emprende y finalmente es el pueblo el que soporta el gasto que genera el gobierno al cumplir con su deber como ejecutivo, legislativo y judicial.
Eso fue lo que me pregunté desde temprana edad y cuando tuve oportunidad de investigar la actividad de un diputado, grande fue mi sorpresa, pues muy poco de lo asentado en la constitución parece que se cumple; en primer lugar, lo escrito afirma que un diputado tiene como actividad fundamental y única, diseñar leyes en favor del pueblo que lo eligió mediante el sufragio y que resulta ganador quien acumule la mayoría de dichos votos.
La realidad del momento está muy alejada de las campañas políticas, pareciera que lo asentado en los párrafos anteriores resulta ser letra muerta, hasta el momento el contenido de las campañas de los aspirantes me desconciertan pues, nada ofrecen como propuesta de diseño de leyes, algunos se descalifican, otros contestan con réplica, ninguno habla de haber estudiado las necesidades de los ciudadanos y por ende, diseñar leyes en favor de sus representados.
Parece complejo lo que digo, pero es más sencillo de lo que parece pues,
para cada queja de los ciudadanos, existe indudablemente una solución, que bien aplicada, lograría los deseos grandes y pequeños del último hasta el gran privilegiado de estas tierras, el encontrar la felicidad cada uno a su nivel de necesidades, la fórmula es triple: Seguridad, salud y educación.
La seguridad es quizás, el punto más importante de la triada, ya que si como ciudadano obtengo seguridad de mi familia, de mis bienes, de mi trabajo, de mi descanso, de mi estudio permanente en la búsqueda de
mejores sistemas de producción y el esparcimiento familiar, la sociedad funcionaría como una máquina perfecta, como lo es el cuerpo humano y de todas las especies vivas, con la diferencia de que la naturaleza nos entrega la máquina y los medios de hacer que funcione a la perfección, sin necesidad de cobrarnos un impuesto permanente y con incrementos progresivos el resto de nuestra vida.
Es un hecho comprobado que si la ciudadanía cuenta con seguridad en su vida diaria, el panorama social es como un cuerpo sano, y se supone que
la razón de existencia de un gobierno es proporcionar seguridad como actividad primera y suprema, que garantice la convivencia y proteja a la sociedad en todo su esplendor, pero cuando falla la seguridad, todo es un sismo, entonces, quien gobierne, debe tener la capacidad de proporcionar la solución social.
La naturaleza no se equivoca, todo lo mantiene equilibrado y si en algún momento ese equilibrio se ve amenazado, ella misma encuentra la manera de regresar al equilibrio pero sin un incremento de impuestos,
simplemente coloca las piezas en el lugar correspondiente; También puede culpar a Dios si se presenta algún desequilibrio y como dicen los sacerdotes de todas las religiones: Cuando las cosas están saliendo mal, solo debemos pedir al Dios en el que creemos, que por favor “arregle” las cosas como estaban inicialmente, pero los ministros encuentran fácilmente las fórmulas adecuadas en cada asunto, solicitando la aportación “necesaria” según el caso.
La pregunta sería: ¿Cómo puedo hacer que las cosas funciones? Y la respuesta no es otra, todos tenemos que hacer lo que nos corresponde y que la actividad profesional que elegimos desde jóvenes, la desarrollemos con honestidad, es decir, con justicia, dando a cada quien lo que le corresponde, pero siempre actuando con verdad; si yo fuera diputado, en este momento ya estaría diseñando una ley que obligue al encargado de la seguridad a cumplir con el trabajo que su profesión le exija y vigilar de manera permanente que cumpla con la comisión que aceptó al ocupar el puesto en el terreno de la seguridad, lo cual implica
mover a su equipo de seguridad en el cumplimiento del deber a que se ha comprometido conforme a la ley.

En un siguiente tema explicaré a mi manera lo concerniente a la salud y la educación como complemento de este gran tema social que nos aqueja.

martes, 12 de mayo de 2015

Sonido e imagen del siglo XX

Sonido e imagen del siglo XX
Por: Julio Torres.
El aplauso rítmico fue tal vez una parte integral de la primera música humana, así se aprecia en pinturas egipcias antiguas a personas que aplauden junto a los músicos, pero, el ritual del aplauso se convirtió en una tradición como expresión de la multitud en la antigua Grecia, en los teatros abiertos que acústica-mente eran perfectos asistían hasta quince mil personas y el sonido de ese aplauso resultaban ideales como premio a los actores al final de su trabajo escénico.
Los teatros públicos eran escandalosos en los tiempos de Shakespeare, Mozart inclusive, esperaba que su público aplaudiera, charlara y comiera durante sus conciertos y a medida que el aplauso se convirtió en la marca del éxito, los
compositores y dramaturgos incluían secuencias llamativas en sus obras y generar ese aplauso.
El aplauso es un hábito curioso, con reglas no escritas, pareciera que aplaudir es un instinto natural, el público aplaude como un agradecimiento, tal vez no sabemos quién inició la costumbre; dicen que cuando Beethoven dirigió por primera vez su sinfonía N°9 en re menor, en el teatro de la corte imperial y real de Viena, en 1824, la audiencia estaba en éxtasis; aplaudieron y vitorearon después de cada movimiento e incluso la entrada de los tímpanos en el segundo movimiento, pero Beethoven gesticulaba como manteniendo el “tempo”, ya estaba totalmente sordo y daba la espalda al público.
La contralto Caroline Unger, dio un paso adelante y lo hizo girar hacia el público,
que estalló en una ovación de pie mientras agitaba pañuelos en el aire; desde luego que debió ser una experiencia extraña y desorientadora en Beethoven, quien quizás percibió más extrañas las reacciones de un público moderno; actualmente, los movimientos están separados por pesados silencios.
A lo largo de la historia, el comportamiento del público ha sido estridente más que respetuoso; solo en los últimos ciento cincuenta años, el agradecimiento del público en el teatro o en los conciertos se convirtió en el aplauso simple, batiendo las palmas, actualmente se generan
aplausos incorporando “partidarios amistosos” y ruidosos entre el público; pero entonces, ¿Quién hizo la primera “ola” como aplauso masivo en los estadios?
La paternidad de esta expresión de júbilo se la adjudican los “fanáticos de Oakland” dos semanas antes de la universidad de Washington y en algunos otros estadios de fútbol, pero, la “FIFA” en el mundial de fútbol celebrado en la ciudad de México en el año 1986 atrajo la atención
internacional y el mundo de habla inglesa fuera de América del Norte, le calificó entonces como: “Mexican Wave” y en los países de habla hispana se la conoce como “la ola”.

“¡Ola!” es también lo que gritan cuando se ponen de pie, lo que crea un efecto sonoro a la vez que visual cuando se levantan y se sientan con determinada armonía; en México, los aficionados afirman que ellos ya
hacían “la ola” desde los juegos olímpicos de 1968, en la ciudad de México y en América Latina, infinidad de fanáticos al fútbol dicen que ha sido algo común en sus estadios desde la década de 1970 y así como “la ola” la polémica sigue y seguirá estimulando, lo importante es que a nivel mundial ha seguido siendo una muestra de júbilo que en cierto modo sustituye en parte a la costumbre de los aplausos como tradición del siglo XX.