Negociar o simplemente vender algo
siempre antepondrá el mismo objetivo, lograr que alguien compre lo que
pretendemos “vender”, es por eso que hoy me propongo vender algo, hoy quiero
vender el futuro de los niños, ese futuro, del que dependerán sus acciones, ese
mundo que les va a tocar vivir, por eso le pregunto a usted: ¿Le gustaría
regresar a su niñez?
Comprar, vender o negociar son tres cosas
que los niños pueden enseñar al adulto de manera simple, de manera sencilla,
permanecer contentos sin motivo aparente, a estar siempre ocupados en algo y
dispuestos a exigir algo con toda la fuerza que cada situación exija, además de
practicar la tolerancia de manera libre por medio de las buenas costumbres.
Algo que el niño pareciera aprender de
manera automática es a preguntar todo, a cuestionar todo, a dudar de todo ya
que siempre compra, vende o negocia una idea pues se sabe libre, hace lo que
piensa que debe hacer, come cuando tiene hambre, juega cuando encuentra lo que
en su imaginación puede ser un auto, un avión o un súper hombre que todo lo
resuelve de manera conveniente, sabe que mamá permanece a la expectativa de su
sueño o deseo.
El medio conveniente que forma buenos
niños es resultante de la manera en que logramos hacerlos felices en este
momento, las leyes naturales o divinas, como usted lo entienda dicen que los
niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza en el
futuro, tal vez deba decirlo de otra manera, ellos diseñarán bien las cosas que
nosotros hicimos mal.
Alguien dijo: “Si Dios te premia
regalándote un hijo, trata de que hasta los 10 años te tema, hasta los veinte
te respete y que te quiera hasta que mueras, pues, cuando quieras creer en
alguien, lo mejor es creer en ti, realizando todo aquello que realmente deseas,
es importante comprender que el triunfo en la vida no es llegar a tener fama,
es lograr ser feliz realizando lo que en verdad
anhelas.
Comprar, vender o negociar pareciera el
objetivo de la vida, en todo momento compramos o vendemos algo, una idea, un
concepto y hasta lo que sirve y lo que no, esa es la negociación es posible que
lo que tengo ya no tenga utilidad en mis proyectos, pero pueden servir a otros
amigos o conocidos, lo importante es negociar.
Hoy recuerdo que dos de mis hijos varones
eran tan distintos en su niñez que en su momento no comprendía lo acontecido,
uno de ellos era bastante derrochador, cuánto dinero le llegaba, el mismo que
gastaba de inmediato y el otro guardaba la mayor parte, de manera que siempre
estaba dispuesto a negociar con su hermano algunas monedas, claro, mediante “el
interés” respectivo, hoy en día ya es todo un hombre exitoso económicamente y
aunque el otro también es exitoso la diferencia es que uno tiene su propio
negocio y el otro un excelente empleo.
Como desde jóvenes fueron muy
independientes creo que no hubo tiempo de contaminarlos con ideas fanáticas o
inductivas que desvirtuaran su personalidad, consideré que ellos debían
encontrar su camino con entera libertad sin influencia de ninguna especie y
parece que no estuve equivocado, tal vez negociamos adecuadamente su vida
futura o les vendí una manera de pensar adecuada, o compraron una forma de vida
con la materia prima de su mamá.
Supongo que una práctica adecuada es
dejar que los niños muestren su inteligencia con rectitud, valor y prudencia,
de esa forma nos pueden sorprender con su espíritu de filantropía que tanta
falta hace en la sociedad actual, sugiero entonces que cuidemos con nuestras
acciones grabar en la mente de todo niño, elementos contaminantes que impidan
negociaciones positivas que empañen la vida feliz a que tienen derecho por
mandato divino.
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