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jueves, 31 de julio de 2014

Obediencia real

mejores padres, mejores hijos
Decreto de Felipe IV
“Nos, Felipe IV rey de España y sus posesiones, ungido por derecho divino ordeno, que es mi real voluntad que el excelentísimo Señor Don Juan de Palafox y Mendoza cumpla mi deseo, destituir como Virrey de la Nueva España al Séptimo Duque de Escalona, lo haga detener y le practique principalmente el juicio de residencia que corresponde a todo representante de la corona al termino de sus funciones, ya que una vez válido su dictamen lo haga venir a mi presencia donde se decidirá su destino” firmado y sellado en el Palacio Real de Madrid el 26 de noviembre del año 1600 y cuarenta y dos. Felipa IV Rey de todas las Españas.



Lo anterior es un texto novelado por mi gran amigo: Guillermo Martínez Arámbula titulado: “El Ilustre Bastardo”, vida y obra de Don Juan de Palafox y Mendoza. Es el momento de la reunión en el edificio de la Real Audiencia de la Nueva España con los oidores nombrados directamente por la Corona que llaman a cuentas al visitador Don Juan de Palafox y Mendoza con el fin de hacerse respetar porque se encuentran airados y ofendidos por su actitud prepotente.
Don Juan sentado frente a ellos, como si se tratara de un enjuiciado se siente inmune porque ellos ignoran que trae consigo como un as bajo la manga cédulas reales que aún no exhibe y escucha primero razones, entonces, el capitán general señala: “Esta Honorable institución que ha costado más de un siglo conformar, por mi conducto pregunta a vos, Excelencia, ¿Por qué ha ignorado a este tribunal en la deposición del Virrey? Por sabido tenemos que sois poseedor de Ordenes Reales, pero nadie aquí las ha visto, ¿Cómo confiar en vos, si no nos tomáis en cuenta?
En realidad Don Juan de Palafox guardaba su percepción íntima acerca del contubernio de la Real Audiencia con el proceder del depuesto Virrey, entiende que siendo este su máxima autoridad, ellos estaban anulados si denunciaban sus desordenes, pero eso era deslealtad a la Corona, porque finalmente el mismo Rey aprobó sus nombramientos emanados del Real Consejo de Indias en la lejana Europa. Pero por sus valores morales el Visitador Real, Don Juan de Palafox, no muestra una cédula bastante grave, producto de un arrebato desesperado del monarca, inclusive no le importaba perder la vida en esta encomienda, era más urgente poner a salvo los intereses de la Corona.

Después de deliberar unos instantes los integrantes de la Real Audiencia, el presidente se dirige nuevamente a Don juan de Palafox diciendo: “Como es conocido por cualquier letrado enviado por la Casa Real, y especialmente el Rey Felipe IV, que Dios nos conserve mucho tiempo, corresponde a esta Real Audiencia tomar el control del gobierno provisionalmente, además de dirigir a Su Majestad cédula pronta y expedita que de no regresar el Conde de Escalona, y quiera Dios que así sea, nombre al sucesor y entregarle a él el mando.
Luego de un instante que pareció eterno, Don Juan de Palafox contesta: “Deseo dar respuesta a vuestro punto de vista, mediante esta otra cédula Real que disipará cualquier duda que surgiere”, acto seguido, el presidente de la Real Audiencia recibe un rollo de pergamino, todos aguardan expectantes la lectura en voz alta: “Nos, Felipe IV Rey de España y sus posesiones, ungido por derecho divino, que es mi real voluntad que: Don Juan de Palafox y Mendoza sea el nuevo Virrey en sustitución del séptimo Duque de Escalona”. El presidente tiene que releer el final del texto porque la sorpresa le hizo bajar el tono de su voz y porque los asistentes se lo pidieron.
De momento ignoran que Don Juan de Palafox y Mendoza, a partir de ese momento

ejercerá sobre la Real Audiencia una justa presión que culminará con una reforma que a nadie gustará por su rigidez y que de seguro provocará algunas renuncias. Con su triunfo, Don Juan sabe que junto con su triunfo momentáneo ha ganado muchos enemigos, pero los tiempos exigían la deposición del Duque de Escalona y alguien debía tomar ese riesgo, creo que solo una figura como la de Don Juan de Palafox y Mendoza era capaz de tal encomienda.
El Duque de Escalona se distinguió por el despilfarro y la contratación de préstamos que nunca cubrió, además de otras “virtudes” que narra
mi estimado amigo Guillermo Martínez en su novela: El Ilustre bastardo, Vida y Obra de Don Juan de Palafox y Mendoza.

martes, 13 de agosto de 2013

Comprar vender o negociar

Negociar o simplemente vender algo siempre antepondrá el mismo objetivo, lograr que alguien compre lo que pretendemos “vender”, es por eso que hoy me propongo vender algo, hoy quiero vender el futuro de los niños, ese futuro, del que dependerán sus acciones, ese mundo que les va a tocar vivir, por eso le pregunto a usted: ¿Le gustaría regresar a su niñez?
Comprar, vender o negociar son tres cosas que los niños pueden enseñar al adulto de manera simple, de manera sencilla, permanecer contentos sin motivo aparente, a estar siempre ocupados en algo y dispuestos a exigir algo con toda la fuerza que cada situación exija, además de practicar la tolerancia de manera libre por medio de las buenas costumbres.
Algo que el niño pareciera aprender de manera automática es a preguntar todo, a cuestionar todo, a dudar de todo ya que siempre compra, vende o negocia una idea pues se sabe libre, hace lo que piensa que debe hacer, come cuando tiene hambre, juega cuando encuentra lo que en su imaginación puede ser un auto, un avión o un súper hombre que todo lo resuelve de manera conveniente, sabe que mamá permanece a la expectativa de su sueño o deseo.
El medio conveniente que forma buenos niños es resultante de la manera en que logramos hacerlos felices en este momento, las leyes naturales o divinas, como usted lo entienda dicen que los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza en el futuro, tal vez deba decirlo de otra manera, ellos diseñarán bien las cosas que nosotros hicimos mal.
Alguien dijo: “Si Dios te premia regalándote un hijo, trata de que hasta los 10 años te tema, hasta los veinte te respete y que te quiera hasta que mueras, pues, cuando quieras creer en alguien, lo mejor es creer en ti, realizando todo aquello que realmente deseas, es importante comprender que el triunfo en la vida no es llegar a tener fama, es lograr ser feliz realizando lo que en verdad  anhelas.
Comprar, vender o negociar pareciera el objetivo de la vida, en todo momento compramos o vendemos algo, una idea, un concepto y hasta lo que sirve y lo que no, esa es la negociación es posible que lo que tengo ya no tenga utilidad en mis proyectos, pero pueden servir a otros amigos o conocidos, lo importante es negociar.
Hoy recuerdo que dos de mis hijos varones eran tan distintos en su niñez que en su momento no comprendía lo acontecido, uno de ellos era bastante derrochador, cuánto dinero le llegaba, el mismo que gastaba de inmediato y el otro guardaba la mayor parte, de manera que siempre estaba dispuesto a negociar con su hermano algunas monedas, claro, mediante “el interés” respectivo, hoy en día ya es todo un hombre exitoso económicamente y aunque el otro también es exitoso la diferencia es que uno tiene su propio negocio y el otro un excelente empleo.
Como desde jóvenes fueron muy independientes creo que no hubo tiempo de contaminarlos con ideas fanáticas o inductivas que desvirtuaran su personalidad, consideré que ellos debían encontrar su camino con entera libertad sin influencia de ninguna especie y parece que no estuve equivocado, tal vez negociamos adecuadamente su vida futura o les vendí una manera de pensar adecuada, o compraron una forma de vida con la materia prima de su mamá.
Supongo que una práctica adecuada es dejar que los niños muestren su inteligencia con rectitud, valor y prudencia, de esa forma nos pueden sorprender con su espíritu de filantropía que tanta falta hace en la sociedad actual, sugiero entonces que cuidemos con nuestras acciones grabar en la mente de todo niño, elementos contaminantes que impidan negociaciones positivas que empañen la vida feliz a que tienen derecho por mandato divino.
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