Por: Julio Torres.
Es indudable que
alguien vigilará el proceso de la vida que en este momento se ha iniciado en
alguna parte del mundo, difícil resulta imaginar como es que se inicia y en que
momento, desde luego que los especialista nos pueden dar un buen número de
teorías en función de la vida, sin embargo, me temo que siempre existirá algún
punto de vista difícil de comprender por quienes no tenemos ni el conocimiento
y mucho menos la especialidad.
Sabemos
que solo una célula haploide que constituye el
gameto masculino conocido como
espermatozoide, resulta elegido para introducirse en el ovulo femenino y a
partir de ese momento una vida nueva comienza su transito por este mundo
tangible, por lo tanto pienso que a partir de ese evento, de alguna manera
alguien ejerce la vigilancia de esa gestación con el fin de que una nueva vida
manifieste sus inquietudes por medio de los cinco sentidos y cumpla su ciclo de
vida y muerte.
Por medio de
imágenes de gestación que en este tiempo es sencillo de conseguir, resulta
fácil imaginar que estamos ante un trabajo delicado y muy preciso que no puede
eludir una vigilancia extrema, pues la delicadeza de la nueva vida no es cosa
menor, así que me atrevo a pensar que no solamente se trata del trabajo
intuitivo y a veces instintivo de la madre que tiene a su cargo la enorme tarea
de modelar esta nueva vida, esto va más allá de lo que un ser humano pueda
realizar, solo queda como explicación que se trata de una inteligencia divina.
¿Será acaso que
desde el momento que el ovulo es penetrado por el espermatozoide, se asigna a
una entidad responsable de que el trabajo de gestación se desarrolle
adecuadamente? Esto me obliga a pensar que la figura del “ángel de la guarda”
debe ser el encargado de vigilar que esa nueva vida se modele de acuerdo al
proyecto divino, no puede ser casual que todas las religiones hablen de este
trabajo casi de la misma manera, la gestación es un milagro cada día, eso es lo
que me obliga a pensar que alguien debe estar vigilante a cada momento, una
especie de ingeniero en jefe que está atento durante el proceso de fabricación.
Indudable
es que el proceso de gestación es muy hermoso, como hermosa es la relación
hombre mujer que al participar en ese magno evento experimentan el mayor placer
por cierto indescriptible, vale la pena experimentar una retrospectiva en la
historia de las relaciones y tratar de imaginar el posible momento sublime del
trabajo “esperma ovulo” y recrearse de ese momento como participe de la obra de
arte de una nueva vida y la continuación ponerla en manos de la madre que
durante nueve meses trazará línea por línea en cada parte del cuerpo del nuevo
ser, sin embargo, ¿será verdad que un ángel o un protector o un espíritu
superior se encargará del trabajo de la escultura viviente que se está
fabricando, o quizás esa sea la parte espiritual que todos poseemos, la
encargada de esculpir el maravilloso cuerpo humano y entonces pensaré que el
trabajo de ese espíritu caminará junto a esa nueva vida por el tiempo que ella
permanezca en este nuestro mundo.
Ver un
vientre materno nos coloca en el lugar más difícil, los médicos que dominan
esta especialidad posiblemente nos pueden dar una y mil frases técnicas
contundentes, pero quienes no somos especialistas, disfrutamos plenamente con
solo imaginar que dentro de ese recinto maravilloso se están llevando a cabo
tantos acontecimientos en todo momento que nos parece ver que un enorme
ejercito de operarios ha sido entrenado minuciosamente en cada una de las
especialidades y como en una fábrica de autos o de aparatos modernos, cada uno
de esos operarios entrega su mejor esfuerzo laborando las 24 horas del día con
la esperanza de que el producto resulte acorde a las expectativas.
Nos
dicen que pronto, muy pronto ese niño comenzará a sonreírnos, otorgándonos de
esa manera el mejor salario que la vida nos tiene reservado y el salario de
mamá debe ser incalculable, su maravillosa escultura ha concluido y que decir
cuando escuchamos esa primera palabra: “mamá” o “papá” una más de las
experiencias difíciles de explicar, me quedo entonces con el estupendo momento
vivido con cada uno de mis hijos.
El
milagro de la vida es así, vale la pena verlo de esta manera, como milagro,
cierto es que no alcanzo a imaginar con precisión como es que ocurre el
milagro, por esa causa es que solo me atrevo a calificarlo de milagro, no
conozco operario que domine cada uno de los procesos de fabricación del milagro
de la vida y por esa simple razón, nunca debemos atentar contra ella, el
contacto esperma ovulo inicia la vida, debemos cuidarla, no destruirla,
protegerla y disfrutarla, cada día, cada hora cada minuto o segundo, porque no
se puede volver al pasado, es mejor, vivir intensamente el presente, porque no
sabemos cuando terminará el milagro de nuestra vida.