Por: Julio
Torres.
Palabra de
honor, término que muchas veces hemos pronunciado sin siquiera haber meditado
la importancia del significado de esas tres palabras y las hemos escuchado
miles de veces en ese orden de tal suerte que en este momento me parecen tan
lejanas y tan cercanas a la vez que difícilmente me atrevería a descalificarlas
por un simple hecho no comprendido.
Tal parece
que esas tres palabras indicara el respeto a los derechos de las personas o tal
vez me sugieren solo cumplir con mis deberes o tratar de estudiarme a mí mismo,
con el fin de corregir mis defectos, al mismo tiempo debo tratar de disimular
los de mis hermanos, amigos, socios o parientes.
Ejercitar
la razón es una muy buena práctica, sobre todo cuando ese ejercicio destruye
los sofismas que atentan contra la inteligencia, lo cual nos conduce a buscar
la brújula que nos guía en esta vida y cuando esa brújula nos guía
adecuadamente, esa facultad desarrolla los principios de la moral.
Muchas
veces es importante recurrir a los simbolismos que permitan simplificar los
mensajes que la vida misma nos presenta, hay quien afirma que estudiando el
origen de las cosas nos abre el camino y descubrimos aquello que parecía poco
comprensible, y que no es otra cosa que la gran luz del conocimiento que nos
eleva a la base fundamental del deber y del derecho.
Palabra de
honor que todo lo que queremos saber está más cerca de lo que pensamos, palabra
de honor que todo lo que imaginamos ya alguien lo imaginó antes que nosotros,
pero no importa, puesto que hoy, soy yo quien lo está imaginando y aunque
parezca que es igual a como lo imaginó quien vivió antes que yo no es así, pues
mi manera de imaginar simplemente es distinta y nunca existirá alguien que lo
imagine igual que yo, palabra de honor que en un futuro alguien imaginará lo
mismo o más bien parecido porque se tratará de otra persona con su propia
palabra de honor, pues nunca existirá alguien idéntico a mí, solo parecido.
Palabra de honor.