lunes, 18 de enero de 2016

Cuento para ti.

mejores padres, mejores hijos
Por: Enrique Roberto Hernández Oñate


En aquel remoto lugar, cerca de una montaña que la nieve cubría en su punta, dirigí mis energías a pensar en la calidez y fuerza de tus brazos. Y no es que tus brazos me llenaran de satisfacción, para nada. Tus brazos llenaban, saciaban y cundían de flores la punta de la montaña que, nevada aún, vertía su calidez encumbrada en los tristes ojos del que la miraba.




¡Qué invierno aquel!; los arboles lucían en la punta de sus hojas pequeños cristales blanquecinos que derramaban una tenue y tímida gota de agua: a veces no se piensa quizá que el invierno no es tan gélido como el verano secando esas bellas manifestaciones acuosas. Ese fulgor solo el hielo y la nieve te lo prestan en diciembre. 





Probablemente esos cándidos puntos de agua sean estrellas que descienden para morir y regalarnos su último fulgor. En un suspiro se va: de hielo a nieve, de nieve a agua, de agua… de agua a nada. A su caída, estrella fugaz en el firmamento y en mi lágrima… un deseo. 

Cuando desperté del trance y dándome cuenta que el sol atacaba mis ojos, me ubiqué en mi realidad. Deje de soñar en esa montaña, en esa nieve, solo había gente caminando a mi alrededor. Mi mirada perdida hacia el horizonte, viendo como las nubes cambian de forma, de repente un circulo y al parpadeo…tu cara. 

Tu cara, tus brazos, te sigo recordando en esta realidad y me doy cuenta que, siendo tú lo que pienso, eres montaña, eres nieve y eres nube.

martes, 22 de septiembre de 2015

Habitación del alma

Habitación del alma

Conforme a los libros de anatomía, sabemos dónde se encuentra cada uno de los órganos de nuestro cuerpo, inclusive su función, pero la curiosidad me conduce a tratar de imaginar en qué lugar del cuerpo se encuentra mi alma y como funciona, trataré entonces de buscar la respuesta que me ayude a despejar la incógnita.
La fisiología indica con gran exactitud la forma de trabajar de cada órgano y su importancia a lo largo de nuestra vida, por otro lado comprendemos que nuestro cuerpo contiene una gran cantidad de células agrupadas mediante un orden perfectamente definido y cada parte desarrolla un trabajo con una exactitud predominantemente justa y perfecta.
Por lo tanto, nuestro cuerpo se puede definir como la máquina más perfecta de la creación divina, y acentúo el concepto “creación divina” porque hasta ahora y tal vez nunca podamos fabricar una réplica tan perfecta como lo hace la naturaleza, o
Dios, como usted lo comprenda.
El hecho es que durante nueve meses nuestra madre pareciera que esculpe la hechura que ha de mantenerse en correcto funcionamiento por un número determinado de años, entendiendo entonces que somos parte de la materia que se encuentra en el universo, es por eso que le califico de creación divina.
Una vez cumplidos todos los requisitos, llega el momento de ser expulsado del vientre materno,
sabemos que todo ese tiempo de fabricación es mamá quien por medio de sus recursos corporales ha dado razón a ese milagro de la vida, pero ahora se presenta “el paso temerario”, salir y enfrentarse a la vida de manera autónoma, la ayuda materna se centrará en el cuidado solamente de la escultura viviente.
Es entonces, que “al llegar a este mundo” se le entrega a
ese nuevo ser humano el bagaje que lo acompañará durante el tiempo que se requiera y manifestar sus ideas, emociones, alegría y tristezas, triunfos y fracasos y estudio que le sea preparado como compromiso de vida y experiencia en la evolución que se le haya asignado.
Cumplir con todos los “encargos” no es cosa fácil, es por ello que se le entrega la herramienta adecuada que le
permitirá cumplir con los compromisos y esa herramienta no es otra cosa que su “alma personalidad” y la recibe en el primer instante, como lo declaran los todos los escritos que de esto hablan, que recibe dicha herramienta al tomar su primera dosis de aire, así se declara: “Y Dios creó al hombre con barro de la
tierra y le sopló en la nariz el aliento de vida y él vivió”.
En ese instante, ya no necesita el aliento de vida materno, ya es autónomo, ya es capaz de mover todo su cuerpo con las limitables primarias, pero ya habrá de “conseguir el pan con el sudor de su frente”, mediante el llanto tal vez y eso, gracias a que sus células cuentan con la “fuerza vital de vida”.

Cada una vibrando en perfecta armonía, en perfecto equilibrio, como todo lo que emana de la naturaleza divina, de tal suerte que no es difícil imaginar que la “casa” de nuestra alma se encuentre en el núcleo de cada célula, y cuando llega el momento final, se realiza la separación inevitable, la materia habrá de transformarse y el alma regresa al punto de origen, como lo ordena la naturaleza o Dios, como usted lo comprenda.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Libre y soberano

filosofía,arte,ciencia,cultura
Libre y soberano
Las palabras “Libre y soberano” juntas nos invitan a la reflexión más importante de todo ser humano, la soberanía se define como el poder de dictar leyes y hacerlas efectivas, no puede encontrarse fuera del ser humano, porque es un derecho natural y hasta podríamos calificar como un derecho divino y como
todo derecho deriva de las facultades inherentes a la naturaleza humana, la soberanía es su prioridad.
Sucede con la soberanía lo que con la verdad que no es patrimonio de uno u otro, la verdad pertenece a todos los seres humanos y adquiere gran valor cuando un grupo, pequeño o de grandes dimensiones
constituyen una unión social que puede impedir el que alguien “se otorgue” la propiedad de la soberanía, cada hombre o mujer posee un derecho igual a concurrir al ejercicio de esa soberanía, porque es parte de la asociación en que radica.
Ninguna reunión parcial ni individuo alguno puede ejercer la soberanía sin delegación voluntaria de los asociados para que los represente no solo ante las autoridades sino
a la sociedad misma, los miembros de una asociación son los que eligen, deponen, hacen y deshacen, los elegidos para representarlos son quienes trabajarán en el bien comunitario por medio de las reglas escritas y el sentido común de la sociedad y evitar todo perjuicio sobre todo a quienes al momento no pueden ejercer su derecho por falta de edad o cualquier incapacidad.
No debemos olvidar que el pueblo es el que elige, por lo tanto, suyo es el poder legislativo y suyo es el poder de dictar leyes favorables a la asociación humana y aplicar esas leyes corresponde a un monarca o a un presidente, según el país de que se trate, o sea “el poder ejecutivo.
Definimos como asociación humana a un enorme taller
de producción establecido con la esperanza de conseguir el bien común de acuerdo a sus habilidades, en otras palabras esa asociación humana es la que genera la riqueza.
Es por eso que la tarea de gobierno debe centrarse en proporcionar los medios adecuados a los ciudadanos y que éste pueda generar dicha riqueza de la manera más sencilla, con aranceles en maquinaria e
insumos al menor precio posible y con la simplicidad fiscal necesaria que permita una alta producción que sea capaz de proporcionar a los generadores de riqueza todo lo necesario para la vida, el estudio, la recreación, alimentación y bienes y servicios amplios y suficientes como colaboradores del bienestar común.

Es por eso que todo aparato de gobierno debe
limitarse a no tener que dejar al que le suceda, el trabajo de corregir sus desaciertos, y no ser perjudicial a la nación, tiene que defender al débil contra el fuerte, a velar por la salud pública en todas las formas y necesidades, proteger lo presente sin comprometer lo futuro y no empeñarse en administrarlo todo, el mejor gobierno es el que no se ve gobernar, porque ha gobernado a un pueblo “libre y soberano”. 

martes, 19 de mayo de 2015

Si yo fuera diputado

Si yo fuera diputado
Por: Julio Torres:
Si yo fuera diputado, reconocería primero que quien genera la riqueza de un país no es el congreso, no es el gobierno; es el pueblo que trabaja, que produce, que intercambia, que descubre, que inventa, que resuelve, que pelea contra el tiempo y sus imponderables, que escala los peldaños del progreso con la dificultad que ello genera; es el pueblo que sabe del triunfo y el fracaso en todo lo que emprende y finalmente es el pueblo el que soporta el gasto que genera el gobierno al cumplir con su deber como ejecutivo, legislativo y judicial.
Eso fue lo que me pregunté desde temprana edad y cuando tuve oportunidad de investigar la actividad de un diputado, grande fue mi sorpresa, pues muy poco de lo asentado en la constitución parece que se cumple; en primer lugar, lo escrito afirma que un diputado tiene como actividad fundamental y única, diseñar leyes en favor del pueblo que lo eligió mediante el sufragio y que resulta ganador quien acumule la mayoría de dichos votos.
La realidad del momento está muy alejada de las campañas políticas, pareciera que lo asentado en los párrafos anteriores resulta ser letra muerta, hasta el momento el contenido de las campañas de los aspirantes me desconciertan pues, nada ofrecen como propuesta de diseño de leyes, algunos se descalifican, otros contestan con réplica, ninguno habla de haber estudiado las necesidades de los ciudadanos y por ende, diseñar leyes en favor de sus representados.
Parece complejo lo que digo, pero es más sencillo de lo que parece pues,
para cada queja de los ciudadanos, existe indudablemente una solución, que bien aplicada, lograría los deseos grandes y pequeños del último hasta el gran privilegiado de estas tierras, el encontrar la felicidad cada uno a su nivel de necesidades, la fórmula es triple: Seguridad, salud y educación.
La seguridad es quizás, el punto más importante de la triada, ya que si como ciudadano obtengo seguridad de mi familia, de mis bienes, de mi trabajo, de mi descanso, de mi estudio permanente en la búsqueda de
mejores sistemas de producción y el esparcimiento familiar, la sociedad funcionaría como una máquina perfecta, como lo es el cuerpo humano y de todas las especies vivas, con la diferencia de que la naturaleza nos entrega la máquina y los medios de hacer que funcione a la perfección, sin necesidad de cobrarnos un impuesto permanente y con incrementos progresivos el resto de nuestra vida.
Es un hecho comprobado que si la ciudadanía cuenta con seguridad en su vida diaria, el panorama social es como un cuerpo sano, y se supone que
la razón de existencia de un gobierno es proporcionar seguridad como actividad primera y suprema, que garantice la convivencia y proteja a la sociedad en todo su esplendor, pero cuando falla la seguridad, todo es un sismo, entonces, quien gobierne, debe tener la capacidad de proporcionar la solución social.
La naturaleza no se equivoca, todo lo mantiene equilibrado y si en algún momento ese equilibrio se ve amenazado, ella misma encuentra la manera de regresar al equilibrio pero sin un incremento de impuestos,
simplemente coloca las piezas en el lugar correspondiente; También puede culpar a Dios si se presenta algún desequilibrio y como dicen los sacerdotes de todas las religiones: Cuando las cosas están saliendo mal, solo debemos pedir al Dios en el que creemos, que por favor “arregle” las cosas como estaban inicialmente, pero los ministros encuentran fácilmente las fórmulas adecuadas en cada asunto, solicitando la aportación “necesaria” según el caso.
La pregunta sería: ¿Cómo puedo hacer que las cosas funciones? Y la respuesta no es otra, todos tenemos que hacer lo que nos corresponde y que la actividad profesional que elegimos desde jóvenes, la desarrollemos con honestidad, es decir, con justicia, dando a cada quien lo que le corresponde, pero siempre actuando con verdad; si yo fuera diputado, en este momento ya estaría diseñando una ley que obligue al encargado de la seguridad a cumplir con el trabajo que su profesión le exija y vigilar de manera permanente que cumpla con la comisión que aceptó al ocupar el puesto en el terreno de la seguridad, lo cual implica
mover a su equipo de seguridad en el cumplimiento del deber a que se ha comprometido conforme a la ley.

En un siguiente tema explicaré a mi manera lo concerniente a la salud y la educación como complemento de este gran tema social que nos aqueja.

martes, 12 de mayo de 2015

Sonido e imagen del siglo XX

Sonido e imagen del siglo XX
Por: Julio Torres.
El aplauso rítmico fue tal vez una parte integral de la primera música humana, así se aprecia en pinturas egipcias antiguas a personas que aplauden junto a los músicos, pero, el ritual del aplauso se convirtió en una tradición como expresión de la multitud en la antigua Grecia, en los teatros abiertos que acústica-mente eran perfectos asistían hasta quince mil personas y el sonido de ese aplauso resultaban ideales como premio a los actores al final de su trabajo escénico.
Los teatros públicos eran escandalosos en los tiempos de Shakespeare, Mozart inclusive, esperaba que su público aplaudiera, charlara y comiera durante sus conciertos y a medida que el aplauso se convirtió en la marca del éxito, los
compositores y dramaturgos incluían secuencias llamativas en sus obras y generar ese aplauso.
El aplauso es un hábito curioso, con reglas no escritas, pareciera que aplaudir es un instinto natural, el público aplaude como un agradecimiento, tal vez no sabemos quién inició la costumbre; dicen que cuando Beethoven dirigió por primera vez su sinfonía N°9 en re menor, en el teatro de la corte imperial y real de Viena, en 1824, la audiencia estaba en éxtasis; aplaudieron y vitorearon después de cada movimiento e incluso la entrada de los tímpanos en el segundo movimiento, pero Beethoven gesticulaba como manteniendo el “tempo”, ya estaba totalmente sordo y daba la espalda al público.
La contralto Caroline Unger, dio un paso adelante y lo hizo girar hacia el público,
que estalló en una ovación de pie mientras agitaba pañuelos en el aire; desde luego que debió ser una experiencia extraña y desorientadora en Beethoven, quien quizás percibió más extrañas las reacciones de un público moderno; actualmente, los movimientos están separados por pesados silencios.
A lo largo de la historia, el comportamiento del público ha sido estridente más que respetuoso; solo en los últimos ciento cincuenta años, el agradecimiento del público en el teatro o en los conciertos se convirtió en el aplauso simple, batiendo las palmas, actualmente se generan
aplausos incorporando “partidarios amistosos” y ruidosos entre el público; pero entonces, ¿Quién hizo la primera “ola” como aplauso masivo en los estadios?
La paternidad de esta expresión de júbilo se la adjudican los “fanáticos de Oakland” dos semanas antes de la universidad de Washington y en algunos otros estadios de fútbol, pero, la “FIFA” en el mundial de fútbol celebrado en la ciudad de México en el año 1986 atrajo la atención
internacional y el mundo de habla inglesa fuera de América del Norte, le calificó entonces como: “Mexican Wave” y en los países de habla hispana se la conoce como “la ola”.

“¡Ola!” es también lo que gritan cuando se ponen de pie, lo que crea un efecto sonoro a la vez que visual cuando se levantan y se sientan con determinada armonía; en México, los aficionados afirman que ellos ya
hacían “la ola” desde los juegos olímpicos de 1968, en la ciudad de México y en América Latina, infinidad de fanáticos al fútbol dicen que ha sido algo común en sus estadios desde la década de 1970 y así como “la ola” la polémica sigue y seguirá estimulando, lo importante es que a nivel mundial ha seguido siendo una muestra de júbilo que en cierto modo sustituye en parte a la costumbre de los aplausos como tradición del siglo XX.

miércoles, 6 de mayo de 2015

El gran publicista

El gran publicista
Por: Julio Torres.
Todo menos la verdad, pareciera que estamos habituados a que los gobiernos y las grandes empresas promuevan su visión de la historia y cuenten las noticias según sus propios intereses; un postulado de mis tiempos, hace más de cincuenta años decía: “El éxito en la publicidad es difundir una idea repetida y sostenida por algún tiempo”, al final quien escucha mensajes con esas características, termina convencido de las “bondades que el producto nos promete”. Hay quien afirma: “di una mentira grande, pero sencilla, no dejes de repetirla y en poco tiempo, la gente terminará por creerla”.
Muchas personas suponen que la propaganda es un fenómeno del siglo pasado o del presente, pero existen registros de ejemplos de hace muchos siglos, el papa Gregorio XV estableció un comité cardenalicio en la difusión y fiscalización del catolicismo, pero se sabe que los antiguos griegos fueron los primeros propagandistas del mundo, aconsejaban el empleo de la retórica como herramienta capaz de influir en los ciudadanos, conforme a las reglas que debían regir esa práctica.
Pero esas reglas no siempre se obedecieron, porque se dieron cuenta que era muy fácil crear rumores y utilizarlos como influencia en los hechos; los emperadores romanos emplearon la propaganda en dar una imagen ventajosa de sí mismos y de sus logros; por medio de la literatura, la arquitectura y todas las bellas artes, con un elaborado ceremonial público, recalcaban a sus súbditos que la Roma imperial representaba la paz, el buen gobierno y el imperio de la ley.
Diferente actitud con las sociedades que mostraran conflicto con Roma,
resultaban caricaturizadas como bárbaras, sin leyes y fuerte amenaza a la estabilidad y la prosperidad que los emperadores estaban decididos a preservar, el rumor encontró terreno fértil inclusive en el desprestigio de Cleopatra aún con el liderazgo que ella poseía, tuvo que resistir fuertes ataques a su reputación de tal manera que los agravios continuaron más de un siglo después de su muerte.
La imprenta y la propaganda como una sola herramienta, fueron utilizadas por reyes desde el siglo XVII, la Reyna de Inglaterra en turno,
utilizó esos medios en sus propios fines; en las obras históricas de Shakespeare, se vilipendiaba a los oponentes de los Tudor y se glorificaba a sus partidarios, ayudando a consolidar el derecho al trono de la dinastía Tudor del siglo XVI.
Años después, Napoleón Bonaparte hacía notar que “la opinión pública no se debe descuidar ni desdeñar ni por un momento”; Igual que los cesares de tiempo atrás, Napoleón fue un hábil manipulador de la propaganda, lo justificaba así: “Tres periódicos
hostiles son más temibles que mil bayonetas” de manera que manipular las noticias en su propio beneficio se convirtió en su fuerza.
“La verdad no importa ni la mitad de lo que la gente cree que es verdad” era el precepto de Adolf Hitler, ya que durante la primera guerra mundial todas las potencias utilizaron la propaganda con que lograron levantar la moral de su propio país y como una arma psicológica contra sus enemigos, Hitler estaba consiente en la
forma de ganarse a su audiencia, ésta tenía que creer, o desear, creer; la propaganda nazi fue muy eficaz porque la mayoría de los alemanes realmente querían creer que no habían perdido la primera guerra mundial, preferían que les dijeran que habían sido traicionados en el ámbito nacional por los derrotistas y los judíos.

Parece que “la propaganda es, en las democracias lo que el garrote en un
estado totalitario”, los años pasan y la conducta humana parece que nunca va a cambiar, preferimos mentiras grandes y sencillas que al escucharlas de manera repetida y sostenida, terminamos por creer todo, ha quedado claro que la publicidad va unida a la vida diaria, mi deseo grande es que antes de creer en una noticia buena o mala, preferible será investigar y reflexionar, busquemos primero la verdad.

lunes, 4 de mayo de 2015

El español

El español
Por: Julio Torres.
Un español que estaba en poder de los dueños de la isla de Cozumel, México, es de los personajes que la historia poco o nada les hace justicia, su nombre: Jerónimo de Aguilar, que en el siglo XVI, a causa de un naufragio cayó en manos de los habitantes de dicha isla, quedando prisionero, sin embargo, durante su estancia en esas tierras, logró dominar el idioma “maya” que se hablaba y se sigue hablando por los habitantes de esas tierras.
Narra Bernal Díaz del castillo que el capitán Hernán cortés envía el pago del rescate de este personaje, con el objetivo de utilizar su sabiduría en ambos idiomas lo que indudablemente redunda en el gran principio de la conquista de estas tierras simplificando la comunicación verbal y cuando aparece “La malinche”, señora también muy preparada en el idioma náhuatl, se redondea de manera significativa la restrictiva de la comunicación por medio de las palabras.
Imagino que aunque la solución no debió ser sencilla pues se trata de tres idiomas: el castellano, el maya y el náhuatl, es decir que, un concepto en castellano, o simplemente una pregunta que hiciera el capitán Cortés en castellano, Jerónimo de Aguilar debió traducirlo al maya, luego la señora malinche habría de hacer la traducción del maya al náhuatl y en ese orden ahora a la inversa, la respuesta caminaría del idioma náhuatl al maya y luego del maya al castellano.
Lamentablemente los historiadores no le dieron tanto reconocimiento a Jerónimo de Aguilar como lo hicieron con la malinche o Doña marina como la conocimos en los libros de historia, pero es de reconocerse que la audacia del capitán Cortés logró convencer a muchos nativos de estas tierra y ello “simplificó en alguna medida el triunfo español sobre los habitantes de este gran país, que hasta la fecha no dejamos de reconocer que las medidas opresoras de Moctezuma, gran emperador Azteca, que obligaba a pagar tributo muy pesado en la mayor parte de pueblos chicos y grandes.
En una canoa de buen tamaño, varios nativos conducían a Jerónimo de Aguilar a la presencia del capitán Cortés y este, con cierto recelo o
simplemente desconfianza preguntaba donde transportaban al español, ya que todos los ocupantes de la canoa vestían ropas muy parecidas por razón de que solo ropa de ese tipo podía vestir Jerónimo porque era realmente un extranjero cautivo y al llegar a la presencia de Cortés, con pronunciación muy mala dijo: Dios y Santamaría y Sevilla, y Cortés pregunta ¿Y que es del español? Los demás nativos no comprendieron la pregunta y entonces Jerónimo se puso en “cuclillas” como lo hacen los nativos y dijo: “Soy yo”.

Ocho años atrás naufragó la nave donde trataban de llegar a tierra firme él y quince más, entre ellos venían dos mujeres que también quedaron cautivas pero, pronto murieron porque no resistieron el trabajo que les obligaban a hacer y que la nave perdió el control por los pleitos entre ellos y entonces fue que naufragaron, nada se supo después de muchos de ellos y que por eso es que solo él pudo mantenerse con vida. Como Jerónimo ya no era un joven, tal vez eso fue lo que impidió que pasara a la historia con la relevancia de Doña Marina, de manera que este relato lo hago con honor y el respeto que le tengo a Jerónimo de Aguilar como un gran personaje de la época de la conquista, que como muchos fueron s
umamente importantes, pero, la vida es así y debemos entenderla, todos somos solamente una pieza de la maquinaria del proyecto divino, pero todos somos importantes, gracias Jerónimo de Aguilar.