Mostrando entradas con la etiqueta Niños. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Niños. Mostrar todas las entradas

miércoles, 29 de abril de 2015

Día del niño

Día del niño

Por: Julio Torres.
La celebración del día del niño debía convertirse en acciones de protección, el futuro de nuestro país y de todos, es la niñez ya que poco o nada se hace en favor de ellos, el compromiso no solo es que puedan asistir a la escuela y “atiborrar el abdomen” rústicamente hablando, se requiere que todos los niños tengan acceso a todo lo que el mundo moderno ofrece, la cifra es enorme, de niños maltratados y obligados a trabajar casi como esclavos o arriesgando la vida permanentemente en las calles pidiendo limosna cada vez que la luz roja o verde permiten la circulación de los automóviles.
La regla dice que el día en el niño debe utilizarse de la siguiente manera: Ocho horas de sueño, ocho de trabajo, o sea su tiempo en la escuela y ocho horas de descanso o juego, y en la medida que se cumplan estas
actividades a lo largo del día, esa vida que apenas comienza se desplegará de manera grandiosa y la sociedad recibirá adultos sanos y comprometidos que continuarán con la misma práctica cuando se trate de sus futuros hijos, y entonces, podremos afirmar que la sociedad de este país se ha sincronizado con el primer mundo.
Los pretextos que impedirán cumplir con este sueño van a ser muchos y tal vez uno de ellos será el que papá y mamá trabajan de las 8 de la
mañana y hasta las 5 de la tarde y que el tiempo que debieran utilizar en sus hijos se ve reducido a causa de la transportación de casa al trabajo, pero entonces, ¿Qué hacer? Aunque parezca reiterativo, una gran parte de la culpa se debe transferir al sistema de gobierno ya que en la práctica los papás entregan vía impuestos al estado el 50 o 60 % de lo que perciben y ese porcentaje lo utiliza el estado en mantener una burocracia muy elevada e improductiva.
Creo que bajo esta idea, lo que hace falta es que en el país se diseñe una
política que permita la libertad de empresa y la libertad de comercio efectivamente, de persistir en el mismo sistema los niños se ven reclutados por las actividades ilícitas y entonces, la necesidad de reclutar una mayor cantidad de policías, aumenta el gasto del gobierno. Por otro lado, la carga de impuestos y reglamentos a las grandes empresas se ven obligadas a reducir sus plazas de trabajo y como tampoco le reducen la carga a las medianas y pequeñas empresas, las personas que han perdido su trabajo en las grandes empresas terminan también en actividades peligrosas, y la pregunta entonces se agranda, ¿Y qué hacemos con los
niños?
En estos días en que se avecinan las elecciones no veo ni escucho a candidato alguno ni partido o político decirme o decirnos que tienen un proyecto de solución social, ellos se han dedicado a utilizar los tiempos de promoción del voto en adularse, manifestando que la verdad es de ellos y descalifican al rival con argumentos pueriles e insultantes a nosotros que somos quienes de alguna manera solventamos sus gastos
no solo de campaña, sino el pasaporte hacia su riqueza que en los próximos años habrán de presumir haciendo largos viaje con toda la familia y hasta haciendo compras millonarias en las tiendas más lujosas.

Quiero adelantar mi petición a Santa o a los reyes magos: Que las leyes de mi país se convirtieran en una verdadera ayuda al ciudadano, nosotros, lo único que deseamos es trabajar, ya que trabajando podemos generar riqueza, que con el dinero que se gastan en las grandes tiendas, mejor se compre maquinaria barata en cualquier parte del mundo y que podamos adquirirla con grandes facilidades y con dicha maquinaria podremos producir infinidad de productos del campo, como de las industrias de transformación y entonces, no va a importarnos pagar impuestos excesivos, pero, por favor, queremos trabajar y
generar riqueza y todos seremos felices y a nuestros niños les festejaremos su día como ellos lo merecen.

jueves, 24 de julio de 2014

Infantes inmigrantes

mejores padres, mejores hijos
¿Niños culpables? NO
Los niños inmigrantes no son delincuentes, no son culpables, simplemente son menores de edad que por distintas causas se encuentran en tal situación y si de buscar culpables se trata, de ninguna manera podemos culpar a los Estados Unidos por tratarlos como los tratan, creo que lo que sucede es que ese país ya no cuenta con los medios suficientes con los que se pueda remediar una situación que no es de ellos, más bien debemos culpar a los gobernantes de los países que producen una pobreza que genera este tipo de conflictos.
La gente emigra por la sencilla razón de que en su lugar de origen no están habilitadas las estrategias necesarias en trabajo, estudio y creación de fuentes de riqueza, tanto urbanas como rurales, Políticas equivocadas tal vez, sean la causa principal de este fenómeno social, pero no se vale que los menores de edad sean quienes sufran dichas equivocaciones, es muy importante aceptar que este conflicto nace en los países de origen de estos niños y si no se acepta como tal, entonces durante muchos años habremos de padecer ese error.
La razón del conflicto puede ser muy compleja pero, entonces toca a
los “representantes populares” tomar las medidas pertinentes, o simplemente abrir los textos de los postulados de Simón Bolívar donde declara que: “Los legisladores necesitan ciertamente una escuela de moral”, una escuela donde puedan entender o comprender que ellos son “los representantes del pueblo” que en la medida de que diseñen leyes en favor del pueblo obtendrán el respeto irrevocable de ese pueblo que dicen representar.
La causa principal de su desprestigio es el dinero, mientas ellos reciben o se adjudican un salario “especial” el trabajador más modesto recibe veinte o treinta veces menos, basta con la comparación de los supuestos programas de apoyo donde reciben quinientos pesos mensuales de ayuda, algunas personas de pobreza extrema, mientras el legislador
recibe hasta quinientos mil en ese mismo mes, de manera que quien recibe solo quinientos, además debe contribuir con los impuestos agregados a los productos que consume.
Por otro lado, quienes producen la riqueza son los empleados y trabajadores de las empresas legalmente constituidas, pero son tantos los impuestos directos e indirectos que resulta muy difícil colocar los productos en el mercado pues dichos impuestos encarecen tanto los productos que la competencia con los precios de otros países coloca a
nuestros productos fuera de competencia y nuestros trabajadores terminan por emigrar a otros países con mejores condiciones de vida, aunque en ello pongan en riesgo su propia vida.
Señores gobernantes, en este caso latinoamericanos, en ustedes está la solución, no esperemos que nuestros problemas los resuelva el país más rico, entiéndase que no es su obligación, el problema es nuestro, la solución puede ser tan sencilla como la voluntad de trabajar en verdad en favor del pueblo que los eligió, solo tienen que preguntarnos ¿Qué es lo que realmente necesitamos? Y no lo que

ustedes creen que necesitamos visto desde su “curul” o desde su escritorio, el país es mucho más que lo que ustedes alcanzan a ver.
La fórmula ideal es que, cada ciudadano se dedique a lo que sabe hacer de la mejor manera posible y que se entienda que la razón de existir de un gobierno es ofrecer “seguridad” en primera instancia, que mi familia, mi persona, mi propiedad y mi trabajo siempre y en todo momento estén protegidos, tanto en el libre tránsito como en el hogar y el trabajo, esa es su primera obligación, pues sin seguridad nada
puede progresar, la obligación de quien esté encargado de la seguridad no debe esperar que el ciudadano busque sus propias medidas de seguridad, porque entonces las cosas no funcionan.
La salud es el segundo requisito de todo gobernante, puesto que un pueblo saludable genera la riqueza necesaria, un pueblo saludable crea familias saludables, un pueblo saludable genera ciudadanos triunfadores en todos los terrenos y en todas las actividades y ese pueblo saludable debe contribuir con impuestos saludables que el gobierno administrará con inteligencia y equidad, con el fin de que dicho gobierno también sea saludable.
El tercer requisito es la educación, el gobierno debe cuidar se realice dentro de las normas que la nación necesite, que la industria requiera, que la sociedad demande, libre de todo agente externo que trate de contaminar, porque eso retrasa el progreso y un país sin progreso es un país destinado al fracaso, que se cambie lo que no funcione y que se apliquen las medidas necesarias, pero siempre pensando en el pueblo desde el más rico y poderoso hasta el más necesitado.
Señores gobernantes, deseo fervientemente que me puedan hacer el favor de voltear a ver al ciudadano y se den cuenta de lo que en verdad necesita y como lo necesita, no critico lo que ustedes hacen, simplemente deseo que nos pregunten si lo están haciendo bien o no, creo que no es mucho lo que demando, la solución a todos los problemas de gobierno está en el ciudadano, recuerden que la constitución declara que vivimos en “una democracia” no en una monarquía, no existen títulos nobiliarios, solo existen títulos profesionales en todos los niveles, nosotros pueblo, sabemos lo que nos hace falta y como conseguirlo, solo pregunten, no quieran resolver lo que no han vivido o lo que no conocen, solo pregunten a quien deben preguntar.
Recuerden, la solución de los niños emigrantes y el resto de los problemas del país está dentro de este país y no en el país más poderoso, cada país debe resolver sus propios problemas, solo recuerden, primero necesitamos “seguridad” después “salud” y luego “educación” y con esos tres ingredientes, el país se convertirá en el paraíso que tanto hemos soñado, nuestro país es tripartita y nosotros pueblo, somos la parte más grande y ustedes solo son unos cuantos, no lo olviden.

jueves, 25 de abril de 2013

Tres años o casi

mejores padres, mejores hijos
Por: Julio Torres.
Tres años o casi, he titulado este asunto ya que se trata de una edad maravillosa en el ser humano, donde todo conflicto es resuelto por medio de preguntas y pareciera que ninguna respuesta le interesa puesto que su problema no es el saber más, simplemente es el paquete de dudas que la vida misma le ha entregado desde el momento en que ha llegado a este mundo donde todo está a la vista y que sea descubierto, y que mejor que un niño que está a punto de cumplir tres años que es la edad de las preguntas.
A esta edad se pregunta: ¿Por qué sale el sol, porqué la luna? ¿Por qué llueve? ¿Por que es de noche? Y así, todo el tiempo haciendo preguntas que tal vez nos resulta un tanto difícil de encontrar la respuesta adecuada y sin embargo, es fundamental contestar de la mejor manera posible aunque ese niño finalmente acepta una u otra respuesta, inclusive si no recibe ninguna, pero no dude que volverá muy pronto a preguntar lo mismo, así que habremos de tener respuestas listas y convincentes.
En otro lugar habrá un niño que se pregunte el porque él no tiene una casa bonita en un barrio bonito donde no existan carencias, donde los parques y jardines luzcan las flores más bonitas o que existan áreas verdes donde se pueda jugar fútbol como sucede en los mejores estadios, o tal vez esté pensando en lo que comerá si es que en su casa existe algo con que alimentar ese estomago, que en momentos parece reclamar la suerte que le ha tocado vivir.
Diferencias abismales se presentan en el mundo cuando vemos a niños que con dificultad beben un vaso con leche por orden superior o que tal vez en ese momento no es leche lo que desean sino un esplendido helado o un trozo de pastel combinado por muchos tipos de leche.
También existe el niño que es “forzado” a ingerir todo tipo de vegetales por que se supone que eso es lo que necesita en su etapa de crecimiento, pero él no esta de acuerdo, pero que sucede con otro niño que ni siquiera ese plato de vegetales conoce y mucho menos ha estado presionado con el fin de obligarlo a ingerir esos alimentos.
En este conjunto de miradas he podido reflexionar lo que una realidad me presenta, distintas entre si algunas de ellas pero las de sufrimiento tal vez sean de mayor impacto, hermoso sería que no existieran miradas tristes, que todos los niños del mundo siempre pudieran disfrutar de alimentos mínimos necesarios que les permita un sano crecimiento, pero por desgracia no es así y entonces tampoco comprendo porque ha sido así siempre.
A los tres años el niño debe soñar, imaginar y crear un mundo feliz un mundo tal vez imposible, pero soñar, pues los sueños son el punto de partida de todas las ideas, soñar es gratis y de esos sueños puede surgir una realidad alcanzable, una realidad práctica, una realidad que nos permita adecuar este mundo de la mejor manera, cierto es que los sueños, sueños son, pero no debemos olvidar que un niño de tres años es un maestro en el arte de imaginar y solo con imaginación es que podemos transformar el mundo.
Juntos varios niños tomando agua de un simple grifo, imaginarán que están bajo una cascada hermosa en algún lugar que bien puede ser un paraíso terrenal, juntos pueden practicar la música imaginando que a futuro formarán un exitoso grupo musical, juntos pueden penetrar en el mundo de los libros.
Con esta imagen se robustece aquel principio: “Uno para todos y todos para uno” con la sencillez que nos regalan nuestros niños de tres años, creo que es momento de imitarlos de la mejor manera, sigamos siendo niños y preguntemos a todo mundo lo que debemos hacer en función de los problemas que nos subyugan, volvamos a esa edad de las preguntas, en algún lugar encontraremos respuestas, pero, practiquemos el arte de imaginar en todo momento como si contáramos solo con tres años de vida, o casi.