domingo, 18 de mayo de 2014

Faraday y la física

mejores padres, mejores hijos
Michael Faraday y la física

La naturaleza de las vibraciones es esa energía que atraviesa el espacio con movimiento ondulatorio, es posible que Michael Faraday sea quien contribuyó mucho al conocimiento mundial de la ley de gravitación y sus fuerzas, la cohesión y la adhesión, entendiendo que la energía que se manifiesta en toda la materia, algunas veces la califican de adhesión y otras veces como cohesión, o atracción o repulsión en otras ocasiones.

Una gran energía que penetra todo el espacio, es lo que podemos entender como una energía vibratoria que viaja en
el espacio así, en forma de vibraciones, esta energía vibratoria atraviesa el espacio de manera semejante a las ondulaciones del agua que viajan por la superficie de un lago tranquilo, ¿Recuerdan el experimento de lanzar una piedra en un lago tranquilo? Pareciera que las ondas nacen en donde cayó la piedra y se producen muchas más mientras exista fuerza que las reanime, y esos círculos de ondas se extenderán, haciéndose más grandes hasta llegar a la orilla.

Faraday, en sus conferencias decía: “Si tomo un pedazo de pedernal, lo golpeo con un martillo y lo rompo, no he hecho nada más que separar las partículas que componen estos dos pedazos, apartándolos tanto, que su atracción es muy débil que impide se puedan unir” mostraba un experimento confirmando lo dicho: “una barra de metal, un pedazo de vidrio, y cualquier material solido se comporta de manera similar, porque todas las partículas están juntas en la masa por la atracción entre sus partes”.

“Puedo demostrar la atracción entre partículas separadas porque si tomo una porción de vidrio o polvo muy fino de ese vidrio,
observaran que puedo formar una masa solida presionándola entre dos superficies planas, esto se debe a la atracción de las partículas con el cemento que las mantiene juntas y con el tiempo mucha gente podrá hacer lo mismo con distintos materiales”.

El metal puede sufrir una destrucción similar si la fuerza es
suficiente, convertirse en polvo y volver a ser lo que era antes de ser “destruido” tal vez a eso se refiera la frase: “Polvo eres y en polvo te convertirás” porque ya se ha establecido que la materia no se crea ni se pierde, solo se transforma y me queda claro que una combinación de “materias” no parece factible, la organización de cada una de las “materias” parece estar regida por los mandatos divinos que de alguna manera aceptamos aunque no los
comprendemos en su totalidad.

Parece entonces que la cohesión entre células humanas es lo que conforma el cuerpo como lo conocemos y que cuando alteramos dicho cuerpo ya sea de manera accidental, voluntaria o imponderable, entonces rompemos esa cohesión que muchas veces redunda en la aparente
destrucción de dicho cuerpo y lo declaramos “muerto”, aunque podemos apreciar que esa materia que compone lo que antes tenía vida”, hoy solo está inerme, pues la materia presentará transformaciones paulatinas de muchas maneras.

“El espíritu no muere”, solo se transforma, pero quien movía a ese espíritu ahora va a ser comprensible que se refiere al alma, que de esta manera entendemos que es
inmortal y que va a esperar “un nuevo espíritu” por medio del cual manifestará sus inquietudes acumuladas al paso del tiempo dando fe de que en cada una de las oportunidades de “vida” ha enriquecido las experiencias que debe entregar a las generaciones subsecuentes.


Faraday dijo: Las leyes vibratorias conforman un conocimiento muy importante en el universo en el que vivimos, hoy solo hemos tocado tímidamente un asunto pequeño de lo que la naturaleza nos muestra, en futuros escritos habremos de tratar la diferencia
que existe en los diversos materiales como el vidrio y la madera, el agua y la piedra, la tierra y el aire y porque no, las diferencias en los seres vivientes aunque todos contienen células cohesionadas pero la naturaleza dicta reglas que impiden alteración de los procesos, pues se sabe que el asunto de las vibraciones es lo que determina “la forma en cada especie”, pero ese es asunto de otra historia.

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