Pensar, problema pendiente

mejores padres, mejores hijos

Existe en el mundo una gran cantidad de seres humanos que durante siglos han permanecido al margen de la riqueza, y dicha riqueza se ha concentrado en muy pocas manos, como si se tratara de mantener la figura feudal de la edad media, cuando solo seres privilegiados obtenían el derecho a esa riqueza, y el resto, destinado a la pobreza, como vasallos, y en el peor de los casos como esclavos, hoy día, las cosas se repiten con nombre diferente, con herramientas tecnológicas, a veces tan crueles como las utilizadas en tiempos de esclavitud.

En todas partes, la educación conspira a destruir el sentimiento y dignidad, pregonar nuestra pequeñez y debilidad, tal vez pretende que nos lancemos en

brazos del que se propone explotarnos, sus gobiernos tratan de proveerlos de todo, y a fuerza de restricciones y leyes “protectoras”, nos mantienen “resguardados”, con el objetivo de que nunca lleguemos a ser seres humanos pensantes, capaces de decidir por nuestra cuenta la vida que hemos recibido, tal parece que el principio feudal de la edad media se convirtió en personal, los gobiernos se atribuyeron todo sin considerar que, sí somos capaces de cuidarnos.

La autoridad encargada de hacer cumplir las leyes corresponde al poder ejecutivo, además de mantener el orden y la seguridad, cuidar que cada ciudadano cumpla con su deber, impedir que el fuerte oprima al débil, adoptar las precauciones compatibles con la libertad y la conservación de la salud pública, hacer que las leyes y disposiciones de los tribunales de justicia, tengan su debido cumplimiento en todos los casos y circunstancias, dirigir las fuerzas armadas, marítima, aérea y terrestre, nombrar inspectores y primeros jefes de policía, pero no

administrar justicia, ya que ese es el atributo más grandioso de la soberanía, corresponde y debe ejercerse alternativamente por el pueblo, por lo tanto, si el ejecutivo vigila la seguridad, educación y salud del pueblo, habrá cumplido eficientemente su razón de existir.

Cuando los padres no cuidan la educación de sus hijos, permitiendo que el gobierno cubra ese requisito social a su manera, se convierte en una vida automática o dependiente, seres humanos esperando una

solución divina o un “salvador” que indique la solución a todos los problemas porque, es tal la nulidad a que les reduce, que la lucha por la “libertad” se convierte en falacia, creando caudillos emancipadores ajenos a su realidad, formando “rebaños” y no pueblos de hombres, mujeres y niños, capaces de comprender la causa por la que fueron creados y la manera de utilizar las facultades recibidas desde el nacimiento.

El pensamiento es la facultad por la que nos conocemos y distinguimos del resto de los seres vivos,  se dice que la individualidad es lo que

organiza a los seres humanos, pues la sangre, la carne y los huesos, resultan “accidentes” que poseemos en común con otros animales, la diferencia entonces es lo propio e indudable “es que pienso y examino, comparo, escojo y puedo formar un juicio” pero, si permito que otra persona investigue y juzgue por mí, pierdo mi identidad y por ende, mi inteligencia, que es la facultad de recibir las impresiones de los sentidos que me permiten comprender y combinar los actos que satisfacen mis necesidades.

Cuando se comprende lo anterior es que conocemos lo que es la razón, es decir, el poder de elevarnos de lo concreto a lo abstracto, comprendemos la naturaleza de las cosas y la causa que las produce,

con la razón nos estudiamos al contemplar lo creado, descubrimos la verdad que destruye los errores de la intuición y los sofismas de la inteligencia, creamos las ciencias y las artes, arrancando a la naturaleza sus profundos secretos, ese es el patrimonio de los seres humanos, a eso se debe que vemos en todas las cosas lo real y lo ideal, es decir, el hecho en sí y la causa que lo produce, ahora conocemos las facultades que poseemos, porque sabemos pensar.